FACTORES QUE CONTRIBUYEN AL ABUSO DE INHALABLES Y LAS CONSECUENCIAS QUE GENERA
Columna: SALUD
Por: Lic. T. S. Susana Bailón Correa*
La convivencia en familia deja huella indeleble en la vida y esencia de todo individuo, los padres por ser el origen y la fuente de la vida para los hijos generan una influencia decisiva y única, esta acción es definitoria en los primeros siete años de su vida, pues los padres educan a través del modelaje, el contacto emocional con los hijos y de los contextos organizados en el hogar. Lo que conlleva a que muchos padres se preocupen de manera frecuente en la conducta de sus hijos, prestando mayor atención en aquellas que pueden generarles riesgos, como no involucrarse con amigos que no estudien, que pertenezcan a grupos juveniles, lo que se conocen en diversas comunidades como bandas, desapego a la escuela, relaciones sexuales de riesgo, rebeldía hacia los padres o maestros y por supuesto el consumo de drogas.
A pesar de que muchos padres con justa razón se preocupan de las drogas ilegales como la mariguana, el cristal, la cocaína, etc., a menudo se suelen ignorar los peligros que presentan para sus hijos productos comúnmente encontrados en casa que contienen disolventes volátiles o aerosoles, a los cuales los categorizamos como inhalables, de los cuales sus vapores al ser inhalados producen un efecto psicoactivo o de alteración mental.
A mitad de la década de los 70s los resultados de las investigaciones epidemiológicas, indicaron que el uso de inhalables no era un problema frecuente en la población general y estudiantil, por lo que era una adicción de los niños en situación de calle. Para el año 2012 los inhalables ocupan la tercera posición como droga de inicio y segunda en preferencia, de acuerdo a las estadísticas presentadas por el Centro de Integración Juvenil.
Por lo que el panorama actual no dista mucho de lo presentado en 2012; las personas que abusan de los inhalables se encuentran tanto en ambientes urbanos como rurales, siendo el contexto social un factor fundamental de imitación, pues en la medida que el individuo se relaciona en contextos de riesgo, como lo mencionados anteriormente, empieza a ver y juzgar sus propias acciones a la luz de la expectativa social, en este caso su grupo de pares, contexto familiar o de comunidad, y el consumo de inhalables adquiere un significado social, orientando su conducta al estatus que éste le genera.
Jóvenes y niños inhalan los vapores de estos productos en busca de una intoxicación rápida, muy similar a los efectos de una intoxicación alcohólica con una excitación inicial, seguida de somnolencia, desinhibición, aturdimiento y agitación; ignorando las serias consecuencias que puede causar a su salud. El experimentar con estas sustancias no debe ser tomado a la ligera, una sola ocasión de abuso repetido de inhalables puede producir la muerte ya sea por un paro cardiaco causado por ritmos irregulares del corazón o por asfixia provocada por niveles de oxígeno, muy bajos.
Así mismo el abuso regular de estas sustancias puede causar daños en el corazón, los riñones, el hígado y el cerebro, debido a que los efectos relacionados con la intoxicación a largo plazo producen episodios de violencia, apatía, juicio deteriorado y funcionamiento inapropiado en el trabajo o en situaciones sociales, así como anormalidades cognitivas desde un leve deterioro y una demencia severa. Estudios muestran que el abuso habitual de inhalables daña la envoltura protectora de ciertas fibras nerviosas, que es muy similar al cerebro de una persona con esclerosis múltiple, aunado a otras problemáticas como delitos asociados al consumo.
También se asocian al consumo de inhalables las condiciones socioeconómicas adversas, un historial de abuso en la niñez, las malas calificaciones y el abandono de la escuela, entre otros, sin embargo los niños o adolescentes no son víctimas pasivas de la adicción a los inhalables, sino actores sociales que usan la sustancia de acuerdo a sus necesidades, entiéndase como actor social, es un sujeto estructurado a partir de una identidad propia y que su conducta comienza a trascender en otros sujetos, que comparten las mismas necesidades.
Es de gran impacto que padres de familia, educadores e instituciones presten atención a las actividades preventivas, las cuales, no solo conlleva, el hablar de las consecuencias del consumo de sustancias o del tipo de drogas que existen, también es fortalecer todos los factores de protección posibles como el control y manejo de las emociones, autoestima, asertividad (que es decir lo que pienso y creo de manera clara y firme de modo que el otro respete mi decisión u opinión), comunicación y convivencia con la familia, fomentar hábitos saludables como el interesarse en actividades deportivas, culturales, plantearse metas, participar en actividades comunitarias, para reducir en gran medida el consumo de inhalables, alcohol y tabaco, las cuales suelen ser las drogas más cercanas para niños y adolescentes y por supuesto el reducir el consumo de drogas ilegales, de los cuales como padres solemos preocuparnos en mayor medida, estando al alcance de nuestros hijos las drogas legales (alcohol, tabaco e inhalables).
*Trabajadora Social del Centro de Atención Primaria en Adicciones Atlacomulco