Columna: PULSO SOCIAL
Por: Arturo Allende González*
He señalado en otra oportunidad, que desde hace varios años el sistema político mexicano y particularmente el sistema de partidos, atraviesa por una crisis no sólo de funcionalidad, sino sobre todo, de credibilidad, la cual tiene que ver en mi opinión, con la ausencia de principios, como elemento esencial de una cultura política de sus militantes y de auténticos liderazgos. 

En uno de mis artículos del año pasado, señalé que “Muy probablemente 2024 sería también el escenario de una transformación del sistema de partidos en nuestro país -transformación inminente, en virtud de la crisis que atraviesan diversos partidos-, con la desaparición de algunos, como ya sucedió con la pérdida de registro nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la refundación de otros y el surgimiento de nuevos organismos en la arena política nacional”.  

El pasado 18 de octubre, el Partido Acción Nacional (PAN), anunció con bombo y platillo su relanzamiento, destacando como ejes de dicha estrategia de “refundación” los siguientes: 
  • Rediseño de su logotipo, 
  • Cancelación de la estrategia de alianzas electorales con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) 
  • Aceptación de candidaturas ciudadanas y  
  • Redefinición de sus banderas, reconversión de “Dios, patria y familia” por “Patria, familia, libertad” 
Ante tal escenario, diversos analistas políticos, académicos  y comunicadores han expresado interesantes opiniones y observaciones en torno a lo que calificaríamos genéricamente como limitaciones de la estrategia de relanzamiento del Partido Acción Nacional, a partir de considerar el contexto político, electoral y social que priva actualmente en nuestro país, otros analistas -los menos-, le han concedido el beneficio de la duda al relanzamiento del partido y no ha faltado quien lo califica de asertivo, considerando su impacto mediático entre actores del oficialismo y algunas expresiones internacionales de derecha y ultra derecha. 

Entre los señalamientos formulados al relanzamiento de Acción Nacional que cuestionan la estrategia, se encuentran los siguientes: 
  • Se trató de un acto masivo organizado a la usanza del viejo PRI, un espectáculo de mercadotecnia publicitaria, “con dirigencias mediocres y discursos trasnochados, sin propuesta alguna de cambio real, ajenos al reclamo de las mayorías”. 
  • El PAN todavía respira elitismo, clasismo, misoginia, discriminación y un desplome en tanto oferta política … 
  • Arrinconado en lo ideológico (patria, familia, libertad), sin meterse a la batalla de lo político: el ensanchamiento de la democracia y la lucha por lo social. No mejora su competitividad de cara a las urnas, va en sentido contrario a las preocupaciones de las mayorías. Opta por una radicalización a la derecha. 
  • Las grandes ausencias del discurso panista siguen siendo el bienestar, la desigualdad, los derechos humanos, la democracia. No sabe cómo conectar con un espacio más amplio y se ha quedado como una opción ideológica minoritaria. 
  • Con su radicalización a la derecha, no sólo se aleja de las mayorías, sino incluso deja al margen las expectativas de un porcentaje de potenciales simpatizantes. 
  • En el rostro del relanzamiento del PAN, destacan unos cuantos mirreyes, una cúpula de élite que se ha adueñado del partido, con serios cuestionamientos de probidad en su trayectoria política-administrativa, entre ellos, los integrantes del cartel inmobiliario de la Alcaldía Benito Juárez. 
  • El relanzamiento fue una “simple operación de imagen.” “El maquillaje fue superficial, sin fondo ni trascendencia, siguen siendo los mismos, perdidos en el inmenso espacio que deja el vacío de liderazgos”. Se trató “sólo de un reacomodo interno” orientado a posicionarse del control del partido. 
Un relanzamiento efectivo del Partido Acción Nacional, debe partir en mi opinión, de una seria y profunda autocrítica, que identifique, reconozca y corrija el conjunto de errores: ausencia democrática al interior del partido, ambición por el ejercicio del presupuesto y sus prebendas, inserción del enfoque empresarial en el servicio público, ineficiencia gubernamental, arreglos cupulares por debajo de la mesa, corrupción, fallida y sangrienta estrategia de combate al crimen organizado, alejamiento de la ciudadanía, particularmente de los estratos vulnerables de la sociedad, desatención del bienestar social y suscripción de la alianza perniciosa con el PRI, entre otros, que lo han llevado al déficit de credibilidad, representatividad y competitividad que hoy registra como organización política. 

La autocritica debe incidir en una minuciosa revisión y adecuación de su declaración de principios, estatutos y programa de acción, es decir, del marco normativo que rige su vida interna y establece su ideología, objetivos, estructura, afiliación, y funcionamiento. Debe dar pauta a un discurso renovado, que incentive, convenza y genere identidad y sentido de pertenencia, comprensible y popular, orientado a construir una auténtica base social; con un giro ideológico de centro-derecha, menos radical, más moderado, plural e incluyente. En resumen, debe revisar, debatir y modificar su ideología política, acorde con las expectativas y demandas de los amplios y diversos grupos de la sociedad mexicana. 

Un aspecto no menor de la estrategia de refundación del partido, tiene que ver con el cambio de la dirigencia que personaliza la imagen perdedora del instituto político.  

El relanzamiento de Acción Nacional debe dar paso al surgimiento de nuevos líderes, con el perfil visionario y la capacidad de generar confianza y de lograr conciliar los intereses de grupo al interior del partido, así como realizar un óptimo trabajo de interlocución con la sociedad, más allá del poder y la aureola de legitimidad que proporciona la ocupación formal de un puesto en los espacios de dirección de la organización política. 

El partido debe eliminar la conformación de grupos de interés y camarillas cupulares a su interior, situación perniciosa que genera un clima de desconfianza y descalificación sistemática entre sus militantes, desconfianza recíproca entre los grupos y como consecuencia, un alejamiento natural entre los intereses del partido y los de la sociedad. 

Los aspectos anteriormente enunciados, son algunos de los elementos que debe considerar la estrategia de refundación del Partido Acción Nacional, misma que le dará una amplia representatividad social y competitividad político-electoral. 
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