Columna: PULSO SOCIAL
Por: Arturo Allende González*

Mi agradecimiento al maestro

Yabel René Guadarrama Rivera,

por la información alusiva a los Arrieros

que gentilmente me proporcionó. 

A lo largo y ancho de nuestro territorio nacional, en la mayoría de los pueblos y comunidades del medio rural, pero también, en diversos barrios y colonias urbano-populares, forma parte del lenguaje de sus pobladores, de la comunicación cotidiana, un conjunto de dichos y refranes que con el paso del tiempo se han hecho célebres y enaltecido -si se me permite el término-, a quienes se identifica como sus autores, a los que a fuerza de repetirlos se les adjudica a través de la expresión “como dijera …” o en su caso, a la persona a la que se alude. (con todo respeto, dicho sea de paso). 

En el medio rural suelen estar presentes entre las personas dedicadas al campo y en los casi extintos tinacales (pulquerías), en el contexto urbano-popular, entre los trabajadores de la construcción, mercados, talleres mecánicos y panaderías, entre otros espacios. No obstante, es menester reconocer que, con el paso del tiempo, varios de ellos han caído en desuso e incluso desaparecido, debido a la evolución generacional y del lenguaje, porque mueren quienes los pronunciaban de manera cotidiana o porque ha cambiado el contexto de las actividades, puntos de reunión, oficios o tareas a las que hacían referencia. 

Otras frases se repiten como parte del vocabulario de algunas danzas y tradiciones que forman parte del acervo histórico-cultural de pueblos y comunidades, como es el caso de los Arrieros en el Estado de México, personajes que como acertadamente los describiera el luminoso escritor capulhuaquense Víctor Ruiz Meza, fueron “pintorescos hombres que llenaron toda una época en el comercio mexicano, que han pasado a las páginas de la historia”. 

Con el fin de rendir tributo al ingenio de sus creadores y/o a las personas que los han hecho suyos, comparto con ustedes el siguiente conjunto de dichos y adagios que forman parte del lenguaje coloquial de mi pueblo. Sin dejar de reconocer que varios de ellos, son celebrados y pronunciados de forma cotidiana en otros lugares, lo que les imprime el carácter de expresiones coloquiales de dominio público. 
  • Run, run, se acabó la misa. 
  • Cómo estás íntima camaradita, mi semblante lo dirá. 
  • Me dejaste como el cañitas: bien picado. 
  • Como dijo el Che Ramírez, voy por la revancha. 
  • A ver quién le entra, yo ya recé mi rosario. 
  • No crean que la madre de Dios es Chepa. 
  • No sufran borrachitos que ya llegó su padre nuestro. 
  • No después me vengas con la madre llena de dolor. 
  • Como dijo Colón en Paseo de la Reforma, les pido pura madre, porque de padres estoy rodeado. 
  • Si he sabido ni nazco. 
  • Vénganme a ver, que ya me morí. 
  • Para mi individuo, no hay problema. 
  • Ahora sí, sopita caliente: ¡tengan sus cheques! 
  • Toma tu masa gorrión. 
  • Agárrate Xalatlaco que vamos de bajada. 
  • En tierra ajena hay que arar. 
  • Aquí no más, tirando surco. 
  • Esos correlones, arriba y abajo que todas las matas tienen. Se quedará la mazorca, pero yo atrás no me quedo. 
  • Ya recorrí este mundo, lo otro y lo otro (sic). 
  • Cuidadito y des media vuelta, porque te relleno de plomo. 
  • Te voy a dar una … , que besos te dio tu madre. 
  • Aplaudiendo, aplaudiendo, sino es un acabadero (sic) de tortillas. 
  • Cómete un sencillo de catorce tortillas. 
  • Llamaron a comer a los peones, no a los titisheros. 
  • No sé que tienen mis ojos, que puras mulas ven. 
  • El sobre dice lo que es la carta y al partir el pan se ve la harina. 
  • Al palo el hilo y a la gente el estilo. 
  • Cada viejito alaba su bastón. 
  • Compadre devuélveme los gastos y no somos nada. 
  • Ya es tarde señor juez. 
  • Lo que es, que no tengas un criterio que te ampare. 
  • Préstame tus años y ya verás. 
  • Eres una cascarita muy amarga. 
  • El que nace desgraciado, desde la cuna es maltratado. 
  • Para un chilango, un toluco. 
  • Adiós Pedro de Urdimalas, adiós lazos y gamarras. 
  • Papá quiero irme a estudiar a México, a la universidad; ni que México, ni que la universidad, me vayas a salir como el licenciado carnitas. 
  • Buenos días José y María, cosa y demás. 
  • No te escondas, ya te oí, ponte fuerte. 
  • Lo que diga Diego, Marcelina lo sostiene. 
  • Ándale bribón, ya te hice tus chilaquiles y si hoy te vuelves a emborrachar, mañana te hago tus enchiladas. 
  • Si tarda 5 minutos más en el vientre de su madre, nace una … trompada. 
  • Andas de nana tiliches. 
  • Andas de hocico metido. 
  • Ya son las venturosas dos. 
  • Ya duele la concha, ya es la hora del amigo, ya digo. 
  • Ahorita rompemos el sitio. 
  • Ya se le reventó el rosario. 
  • Hasta vencer o morir porque retroceder sería inútil. 
  • Que la forme, aunque no guerre. 
  • La mano amigo y admiro tu nobleza. 
  • Esos crudos, a sus hojas. 
  • Échate ese trompo a la uña. 
  • De estos potros poco paren las yeguas. 
  • No hay potro que muera de parto, ni mula de capazón. 
  • Se topó la aguja con la lesna. 
  • Eres de lo que apartó Judas Iscariote. 
  • Qué animal hace más roncha, el piojo resucitado. 
  • Ésta es víbora, no culebra. 
  • Dios te haga un santo y a mí la santera, para sacudirte la polvareda. 
  • Lo que me vaya a dar de fierros, mejor démelo de tortillas. 
  • Como no sé leer, ni en los anuncios me fijo. 
  • Qué sabe el burro de silla. 
  • El que nunca pastor, siempre borrego. 
  • No patees el pesebre, que del pesebre comes. 
  • Si no sabe el que lo hace, menos el que se lo pone. 
  • No porque vean plaza crean que hay toros. 
  • Olla que hierve mucho, se sube y se desparrama. 
  • No escupas al cielo que a la cara no te caiga 
  • Suerte te de dios, que el saber nada te importe. 
  • Cada quien su vida y sus labores. 
  • Sólo la cuchara sabe lo que tiene la olla. 
  • Sólo el que carga el morral, sabe lo que pesa. 
  • Yo me pregunto si la manteca es unto. 
  • No más porque ya estoy viernes santo para amanecer sábado de gloria. 
  • Si he visto palacios caer, cuantimás una barda. 
  • Para hambre buena no hay comida mala. 
  • Las habladas en la calle y el provecho en mi casa. 
  • El que al altar sirve, del altar come. 
  • Nomás no rebuzna porque no se sabe la tonada. 
  • Mientras descanso hago adobes. 
  • Quién te hace rico, el que te mantiene el pico. 

Enuncio a continuación, algunas expresiones dicharacheras que formaban parte de la jerga de los Arrieros. 
  • Mira nada más, hasta parece que me estoy casando. Para eso serás bueno, pero para trabajar cuando. 
  • Chifla más una mula huacalera en la loma que ustedes. 
  • Órale Camarada, comete una gorda de perro para que no estés apasionado, de esas que comen los arrieros allá por el Potrero. 
  • Mira nada más, te la pasas entera, ya ni la remueles. 
  • Adiós camaradas a la vuelta del viaje nos vemos. Si Dios nos da licencia. 
  • Cuando el arriero es …. , le echa la culpa a las mulas. 
  • Mi mejor mula se me está echando. 
  • No todos los que chiflan son arrieros. 
  • Arriero de un jumento, buen plato y mal testamento. 
  • A cada arriero le gusta su mulada. 
  • Al arriero, el peso y la distancia le enseñan la constancia. 
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