Por Fernanda Ileana Cueto Flores*
El bordado no solo es una técnica textil, es una forma de contar historias, conservar raíces y expresar el alma de los pueblos, cada hilo y cada puntada guarda un legado ancestral que ha acompañado a la humanidad, evolucionando a la par de las civilizaciones y adaptándose a las diferentes épocas sin perder su esencia.
El bordado fomenta la continuidad en la conservación de la cultura mexicana, además de garantizar la libre expresión artística de las diferentes comunidades en nuestro país por medio de la creatividad y agilidad con la que se realizan.

El 30 de julio de 2025, se conmemora a nivel mundial el “Día Internacional del bordado”, una fecha que nos muestra la importancia de preservar las tradiciones, resaltando el valor cultural, buscando reconocer y valorar este arte que ha marcado la vida de millones de familias alrededor del mundo.
Su historia es antigua como fascinante, su inicio se remonta desde la antigüedad en la civilización egipcia en donde se utilizaba el bordado en la elaboración de diversos símbolos para distinguir los diferentes rangos dentro del Imperio, la clase alta usaba los bordados en sus túnicas con símbolos sagrados y detalles exquisitos. Mas tarde, durante el Imperio Bizantino, el bordado alcanzo su esplendor, logrando extenderse en el siglo VIII gracias a los movimientos migratorios, se permitió llevar este arte a más partes del mundo, enriqueciendo así sus formas, técnicas y significados.
En México, el bordado no solo es una expresión artística, es una herencia viva. Su origen se remonta a las grandes civilizaciones prehispánicas mayas y aztecas quienes eran reconocidos por sus prendas elaboradas con materiales naturales como algodón y la fibra de agave, este arte se usaba como tributo, ofrenda o emblema religioso. Un ejemplo emblemático de esta tradición en nuestros antepasados es el “Códice Borgia” un antiguo manuscrito azteca que presenta bordados de deidades mitológicas, revelando el fuerte vínculo que existe entre el textil, la religión y la cosmovisión mesoamericana

A lo largo de los siglos, el bordado se ha mantenido como una expresión de identidad regional. Con la llegada de los españoles a México, durante la época colonial se realizó un gran intercambio cultural, debido a que las monjas religiosas comenzaron a realizar grandes bordados para uso litúrgico, provocando así una gran influencia en donde se fusionaron diversas formas de bordado con nuestras culturas, conservando así nuestras tradiciones mexicanas.
Los aztecas, mayas y olmecas dejaron su propia huella en nuestra cultura a la hora de bordar, es por esto que México se engrandece al contar con diferentes técnicas de bordado alrededor de la república, cada región hila su propia voz, en Tenango, los bordados se caracterizan por su gran énfasis en la flora y fauna, con una representación colorida que cuenta la historia del entorno natural y espiritual de las comunidades otomí-tepehuas, por otro lado, en el sur del país, el bordado Maya Yucateco se caracteriza por el uso de técnicas como el punto de cruz, cadena y festón en donde se representa la cosmovisión maya, con símbolos que representan el universo, la fertilidad y la conexión entre lo terrenal y lo divino.
Es por esto, que la noble pasión del bordado nos brinda identidad, contándonos historias a través del bello arte que se usa en el patronaje, convirtiéndose en nuestro patrimonio y legado cultural, volviéndose un acto de amor y orgullo que, más que algún adorno, construye una comunidad y fortalece lazos de conexión familiar.

En el marco del Día Mundial del Bordado, queremos reconocer el trabajo y la dedicación de mujeres como la Sra. Margarita Álvarez, quien con hilo y aguja no solo crea belleza y tradición, si no también teje historias, valores y cultura. Desde pequeña aprendió el arte del bordado de su mamá, convirtiéndolo en un legado de responsabilidad, disciplina y amor familiar, puedes encontrarla de lunes a viernes frente a Modatelas aquí en Atlacomulco, compartiendo su talento y manteniendo viva una tradición que nos conecta con nuestras raíces.
El Dia Internacional del Bordado nos invita a detenernos, observar y valorar estas expresiones de libertad que a menudo damos por sentadas. Nos recuerda que, en lugares como Atlacomulco, se preserva con las manos nuestra identidad, por eso, apoyar a nuestras mujeres bordadoras no solo es un acto de consumo consciente, sino también una forma de resistir al olvido y celebrar lo que nos hace únicos como mexicanos y mexicanas.

Apoyemos al bordado, apoyemos a las mujeres que lo mantienen vivo; sigamos hilando, puntada a puntada, el orgullo de ser mexicanos.

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Fuentes bibliográficas:
Madeleine Ginsburg. La historia de los textiles. (Madrid: LIBSA Editorial, 1993) p.13-14
Universidad del Istmo de Guatemala. Consultado el (2025, 8 julio). Origen del bordado. https://glifos.unis.edu.gt/digital/tesis/2004/9656.pdf
Cekaban. (2023, octubre 6). Origen del bordado en México: tejiendo la historia – Cekaban. Cekaban.





