Por De la Redacción
El Día del Padre tiene su origen en Estados Unidos a principios del siglo XX. La idea se atribuye a Sonora Smart Dodd, quien quiso honrar a su padre, William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que crio solo a sus seis hijos. Inspirada por el Día de la Madre, Sonora propuso establecer un día para reconocer a los padres. La primera celebración oficial se realizó el 19 de junio de 1910 en Spokane, Washington, fecha que coincidía con el cumpleaños de su padre.

La elección del tercer domingo de junio no está ligada a un evento específico, sino que se consolidó como una convención en Estados Unidos por razones prácticas. En 1916, el presidente Woodrow Wilson apoyó la idea, y en 1924, el presidente Calvin Coolidge recomendó su observancia, pero no fue hasta 1966 que el presidente Lyndon B. Johnson firmó una proclamación declarando el tercer domingo de junio como Día del Padre en EE.UU.

Esta fecha se adoptó gradualmente en muchos países, incluyendo México, aunque no todos la celebran el mismo día (por ejemplo, en España es el 19 de marzo, día de San José).
La variabilidad de la fecha (tercer domingo en lugar de un día fijo) responde a la tradición anglosajona de asociar ciertas festividades con un domingo, día de descanso y familia, facilitando la celebración. Además, al no estar anclada a un evento religioso o histórico específico, el tercer domingo de junio se estableció como una costumbre práctica que permite flexibilidad en el calendario.

En resumen, el Día del Padre surgió para honrar la paternidad, inspirado por una hija agradecida, y el tercer domingo de junio se adoptó por convención en EE.UU., extendiéndose a otros países, porque facilita la celebración en un día familiar sin necesidad de una fecha fija.




