Por Mari Jose Rivera Benítez*

El estrés se puede entender como un estado de cansancio físico, funcional y mental ante un estímulo ambiental percibido como “amenazante”; generando reacciones biológicas y psicológicas.

Hay tres fases características del estrés:

  • De alarma
  • De resistencia o adaptación
  • De agotamiento

Una persona estresada asocia la condición al ámbito laboral, pero las causas pueden surgir dentro de la familia o en el entorno social; aunque actualmente los hábitos de vida obligan a llevar un ritmo acelerado en todos los aspectos, siendo elementos que pueden llevar o no al estrés dependiendo de la capacidad que tenga cada uno para hacer frente a las situaciones que se presentan.

El estrés es un estado de fatiga más que una enfermedad, es bastante frecuente y va en aumento por las exigencias y presiones que tenemos; hablar de estrés es algo serio ya que puede tener consecuencias irreversibles.

Variando en las manifestaciones físicas algunas de ellas son:

  • Taquicardia
  • Hipertensión
  • Aumento del colesterol
  • Hiperglucemia
  • Sequedad de boca
  • Enfermedad coronaria
  • Asma bronquial
  • Aceleración del desarrollo de los procesos infecciosos
  • Hipotiroidismo y el hipertiroidismo
  • Ulcera péptica
  • Colitis
  • Estreñimiento
  • Sudoración excesiva
  • Dermatitis atípica
  • Tics
  • Temblores
  • Contracturas musculares
  • Eyaculación precoz
  • Impotencia
  • Obesidad y sobrepeso
  • Pérdida del cabello
  • Menstruación irregular
  • Náuseas
  • Diarrea
  • Mandíbula tensa
  • Comerse las uñas
  • Aspecto demacrado
  • Agitación física

Algunas manifestaciones cognitivas y psicológicas son:

  • Incapacidad en la toma de decisiones
  • Dificultad de concentración y de atención
  • Olvidos frecuentes
  • Irritabilidad
  • Alteraciones del sueño
  • Depresión
  • Dificultad para dormir
  • Cambios en los hábitos de alimentación
  • Tensión
  • Reducción del deseo sexual
  • Insomnio 
  • Falta de motivación
  • Sensación de cansancio
  • Sentimientos de furia y agresión
  • Miedos y fobias
  • Trastornos de la personalidad
  • Conductas obsesivas y compulsivas
  • Predisposición a accidentes
  • Disminución o aumento del apetito
  • Explosiones emocionales

Hoy en día existen diversos métodos para combatir el estrés, que sin dudarlo con la combinación de tratamientos permitirá obtener resultados más beneficiosos para la persona que lo padece.

Desde el enfoque médico, el especialista analizará el nivel de estrés y dará el tratamiento adecuado y en algunos casos suministrará fármacos.

Es importante acudir con el psicólogo para tener tratamiento de las consecuencias de tener una vida estresante, ya que controlando las mismas, la calidad de vida aumentará, generando una disminución de las manifestaciones físicas del estrés.

Recuerda siempre pensar de forma positiva, lo ideal es rodearse de personas que motiven y apoyen en cada momento de la vida; estando consientes que tal vez es necesario realizar cambios en nuestro entorno, por esto la importancia de la psicología que ayudará a controlar emocionalmente el estrés a través de la identificación de lo que genera tensión.

La terapia física es necesaria ya que a través de diferentes métodos y ejercicios puede hacer frente al estrés y a sus consecuencias; realizando técnicas de relajación física.

Es básico desarrollar un estilo de vida sano y activo, manteniendo un buen estado físico, adoptando hábitos alimentarios saludables, realizar ejercicio de forma constante y sobretodo evitando situaciones de riesgo.

*Lic. Terapia Física/Cédula Prof. 7323416
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