Por Dr. en C. Juan Martín Talavera-González*
¿Qué son los fagos y cómo pueden ayudar a combatir el cáncer?
Los fagos (abreviatura de bacteriófagos) son virus que naturalmente infectan bacterias, no células humanas. Durante décadas, se les estudió solo por su relación con bacterias, pero investigaciones recientes revelaron que pueden interactuar con células humanas, incluyendo las células cancerosas. Esta capacidad ha abierto una nueva puerta para diseñar tratamientos altamente específicos contra el cáncer.

¿Cómo funcionan los fagos como vehículos de terapia génica?
La clave está en su estructura y versatilidad:
- Capacidad de modificación genética: Se les puede insertar ADN que codifica proteínas o moléculas que atacan el cáncer.
- Reconocimiento específico: Mediante técnicas como el «display fágico«, se diseñan fagos que identifican marcadores únicos en las células tumorales.
- Entrega eficiente: Una vez unidos al tumor, los fagos inyectan su material genético, activando mecanismos que destruyen el cáncer (como la apoptosis) o alertan al sistema inmunológico.
¿Por qué son mejores que otros métodos de terapia génica?
Los fagos ofrecen ventajas únicas:
- Seguridad: Su uso en terapias antibacterianas (fago terapia) demuestra que son bien tolerados por el cuerpo humano.
- Baja toxicidad: Al carecer de afinidad natural por tejidos sanos, reducen daños colaterales.
- Alta carga genética: Pueden transportar genes más grandes que los virus tradicionales, permitiendo combinar múltiples terapias.
- Resistencia a condiciones extremas: Su estructura resistente facilita su almacenamiento y administración.
Estudios preclínicos han demostrado que fagos modificados pueden reducir tumores en hasta un 85% en modelos animales, sin afectar tejidos sanos.
¿Qué desafíos enfrenta esta tecnología?
A pesar de sus prometedoras aplicaciones, existen barreras:
- Eficiencia de transducción: La entrega de genes a células humanas aún es menos eficiente que con otros virus.
- Vía de administración: La mayoría de los estudios usan inyecciones locales; se necesita optimizar su uso sistémico (vía intravenosa).
- Respuesta inmune: Aunque menos inmunogénicos que otros virus, el sistema inmunológico puede neutralizarlos con anticuerpos.
¿Cuál es el futuro de los fagos en oncología?
- Edición génica específica: Corregir mutaciones en genes supresores de tumores (ejemplo: p53).
- Terapia combinada: Usar fagos para entregar genes que potencien inmunoterapias o quimioterapia.
- Vacunas personalizadas: Diseñar fagos que presenten antígenos tumorales únicos, estimulando una respuesta inmune adaptada al paciente.
En la actualidad, ensayos clínicos en mascotas (como perros con sarcomas) muestran resultados alentadores, allanando el camino para futuros estudios en humanos.
Conclusión:
Los fagos representan una herramienta innovadora en la lucha contra el cáncer, combinando precisión, seguridad y versatilidad. Aunque aún hay desafíos por superar, su potencial para revolucionar la medicina personalizada hace de ellos uno de los avances más emocionantes de la biotecnología moderna.
Referencia: Petrov, G.; Dymova, M.; Richter, V. Bacteriophage-Mediated Cancer Gene Therapy. Int. J. Mol. Sci. 2022,23,14245. https://doi.org/ 10.3390/ijms232214245.

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