Por Antonio Corral Castañeda*
Sólo como un recuerdo y para que no se pierda en la inmensidad del tiempo, hablaremos brevemente de este importante espacio recreativo que desapareció, allá por el año de 1945. La “Plazuela de la pelota” estaba ubicada en gran parte del área que ocupa el actual palacio municipal, de la Av. Morelos a la calle González Bocanegra (ya fue eliminada), frente a la “Casa Blanca” y la tienda que fuera de Don Isaías Monroy Cruz (“La Tienda Nueva”). Después de esta pequeña plaza, al oriente, se hallaban los talleres de don Justo Monroy, predio que también se utilizó para construir el mencionado palacio.

Haciendo un poco de historia y como antecedente, el día 7 de agosto de 1884, por acuerdo del ayuntamiento se le asignó el nombre de “Plazuela de la Pelota”, frente a la escuela, ornamentada para entonces con árboles a su alrededor (también se le conoció como Plazuela o Cancha “Unión”; así se le menciona en algunos documentos). En el año de 1900 resolvió el cabildo colocar en este lugar parte del tianguis durante la fiesta del pueblo (tercer domingo de septiembre) para facilitar mejor el cobro de derechos municipales. En 1908 el señor Nicolás González Fabela reclamó ser dueño de la mitad de la plazuela, argumentando que la había comprado su padre, don Julián González, asunto que no pasó a mayores al haber llegado a un arreglo satisfactorio (permuta de terrenos).

El 2 de septiembre de 1916 se colocó en este lugar una farola de petróleo para el alumbrado público, y el 16 de septiembre de 1922 el “Club Recreativo Mutualista de la Unión Atlacomulquense”, presidido por el C. Odilón Ordóñez, erigió un obelisco dedicado a los héroes conocidos e ignorados de la Independencia Nacional. El día 29 de diciembre de 1926, al hacerse una nueva nomenclatura, se acordó que se le siguiera conociendo como “Plazuela de la Unión”, y el 15 de febrero de 1929, con motivo de los festejos del Día del Árbol, se llevó a cabo su reinauguración.
En esta extinta plazuela se practicaba también el viejo juego llamado de los “bolos” (boliche), así como el juego de pelota con pala de madera de encino, siendo aficionados y participantes más destacados los señores Manuel García Flores, Enrique Valencia, Maximiliano Huitrón, Quirino Montoya, José Concepción Becerril, Maximino Montiel Olmos y Nicolás González Fabela, entre otros.

Aún se recuerda que muchos años atrás, desde la década de 1920, en este lugar y terreno aledaño se organizaban y verificaban lo jaripeos y charreadas durante las fiestas cívico-religiosas del mes de septiembre, eventos que duraban prácticamente toda la semana, mientras la música de viento dirigida por don Octaviano Ruiz Romero deleitaba a los asistentes con pasos dobles, marchas y dianas. Para ello, previamente se cubrían las entradas con barreras de vigas de madera y lazos, levantando sus palcos quienes tenían la posibilidad de hacerlo.
En 1932, el 4 de febrero, los CC. Justo Monroy y Santiago Velasco Ruiz, representantes del famoso grupo CASA (Centro Artístico y Social de Atlacomulco), solicitaron esta Plazuela de la Unión, por lo general utilizada para las fiestas, para acondicionar su terreno como campo deportivo, y poco después se construyó una esplendorosa cancha de básquetbol que marcó huella en la historia del deporte atlacomulquense.

Bajo la motivación y dirección del Profr. Santiago Velasco, se organizaron todos los jóvenes deportistas en comisiones encaminadas a llegarse fondos para construir la cancha, con la intención de que fuera una de las mejores de todo el Estado de México. Y efectivamente, así fue. Una vez concluida, con sus tableros de mármol de Carrara traídos desde Italia, con piso de tierra roja, rodeada por un pardo verde de pasto inglés y cercada con una malla de alambre, se convirtió en la única de su tipo en toda nuestra entidad.
Sobra decir que este extraordinario escenario, durante muchos años, fue mudo testigo de espectaculares y reñidos encuentros deportivos entre la selección de este lugar y otras quintetas de diferentes partes del Estado y otras entidades, como eran los equipos “Azteca” y “Dos Estrellas” de Michoacán; con el “Volga” y el “Excélsior” de El Oro, con San Bartolo Atlixco y el “Cruz Azul” de la ciudad de México, por citar algunos, así como con los equipos representativos de Acambay, Jocotitlán y Jilotepec. De igual forma en este lugar se realizaba un campeonato o liga de básquetbol que patrocinaban los CC. Justo Monroy y Santiago Velasco.

Entre los jugadores destacados del Club CASA de esa época, cuyo lema era “Por el alma de mi pueblo”, se recuerda a Jesús Mendoza, Alfonso Martínez, Juan Manuel Flores, Timoteo Aranza, Amado Martínez, José María Velasco, Teodoro Mendoza, Jesús Montiel, Francisco Suárez, Vicente Alcántara, Germán Suárez, Rafael Montiel, Luis Montiel, Ernesto Medrano, Miguel Pérez, Luis Alcántara, Samuel Suárez y José Huitrón, entre otros.
Igualmente, en esta plazuela recibían instrucción previa, ensayando varios días, las personas que participaban en el simulacro de la Batalla de Puebla (5 de mayo), la cual se representaba en el Cerrito de las Cruces en la primera mitad del siglo XX (la última ocasión fue en 1962).

Pero, irremediablemente, el progreso tiene un precio y se tiene que pagar. Cuando se pensó en construir un edificio más decoroso, moderno y funcional para palacio municipal, siendo entonces gobernador del Estado el Lic. Isidro Fabela (1942-1945), se eligió este lugar (cancha de básquetbol) y el predio que ocupaba el taller de don Justo Monroy como los espacios más apropiados por estar ubicados en pleno centro del pueblo. El terreno que ocupaban los talleres de don Justo Monroy, donde desde 1931 tenía instalado un molino de nixtamal, pertenecía primitivamente al C. Nicolás González Fabela.

Después fue vendido por el señor Luis Montiel Zaldívar a don Justo, quien a través de ciertas transacciones lo cedió finalmente para la construcción del nuevo palacio municipal, además de la cancha de básquetbol (Plazuela de la Pelota). El encargado directo de la obra fue el señor J. Concepción Becerril Montiel, quien también elaboró los planos respectivos (en 1985 se le hizo una ampliación en los costados oriente y poniente, en la segunda planta). Así, al inaugurarse el nuevo y flamante palacio municipal, el día 15 de mayo de 1945 por el Lic. Isidro Fabela, de la histórica “Plazuela de la Pelota”, de la tradicional “Plazuela de la Unión”, sólo quedaba el recuerdo.
Como dato histórico, el primer palacio municipal se construyó en el año de 1868. Estaba ubicado sobre la Plaza “Lic. Isidro Fabela”, con frente a la calle Fermín J. Villaloz y al portal, a un costado de la casa que fuera del señor José María Mercado Castañeda. Anterior a este dato, las oficinas del ayuntamiento eran conocidas como Casas Consistoriales.

A partir de 1945, en las oficinas del palacio municipal estuvieron instaladas varias dependencias: El Centro Materno Infantil y la Delegación de la Cruz Roja (1950-1958); la Junta Federal de Agua Potable (1956); la Comandancia de Tránsito (1958); la biblioteca pública; la Junta Local de Agua Potable (1961); la oficina del Registro Nacional de Electores (1962); el consultorio de los derechohabientes del ISSSTE (1967) y la oficina de Agricultura y Ganadería del Gobierno del Estado, entre otras.
*Extracto del libro Atlacomulco historia de sus calles plaza y jardines del Profr. Antonio Corral C.
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