Por Mari Jose Rivera Benítez*
Las posiciones prolongadas resultan muy incomodas y en algunos casos generan dolor; si agregamos una condición incapacitante donde la persona depende de terceros para realizar sus actividades básicas; estamos reuniendo condiciones para deteriorar el estado físico de una persona.
Cuando el paciente se mantiene por temporadas o permanentemente en cama es de mucha importancia el realizar programas de terapia física para mejorar la calidad de vida sin importar la edad, el sexo o incapacidad, por lo cual requiere ser evaluado por el especialista para dar el tratamiento adecuado e individualizado.
El permanecer en cama por un largo periodo de tiempo, afecta la funcionalidad en las diferentes áreas físicas, psicológicas y sociales; y no solo directamente en el paciente sino también en el grupo y entorno al que pertenece.
Cuando vivimos una situación de cerca en el hogar u hospital, es común tener inquietudes sobre los cuidados que tendrá la persona para su pronta recuperación.
El equipo multidisciplinario de salud (médico, enfermero, nutriólogo, psicólogo, terapeuta ocupacional, terapeuta físico, etc.), debe hacer un plan de tratamiento para mantener y mejorar la calidad de vida, asesorando de forma correcta a los familiares en cada una de sus áreas, para lograr una reincorporación lo más pronto posible a las actividades de vida diaria.
La terapia física interviene desde el primer momento de la lesión, ya que sus objetivos son el de preservar, recuperar y rehabilitar al paciente con apoyo de los cuidadores para conservar y mejorar las funciones motoras.
Hay objetivos específicos indicados por especialistas para:
- Mejorar funcionalidad cardiorrespiratoria
- Prevenir escaras
- Disminuir dolores
- Evitar deformidades óseas
- Disminuir contracturas
- Disminuir rigidez muscular
- Enseñanza de movilizaciones
- Regular sensibilidad
- Evitar estreñimiento
- Mantener integridad de la piel
- Enseñar a la familia a realizar trasferencias del paciente
Es muy importante cuidar la alineación de la columna, comenzando por la cabeza y terminando con la cadera; se deben mantener posiciones funcionales en brazos, manos, muñecas y miembros inferiores, ayudándose de cojines o almohadillas para minimizar los efectos de la presión continua de los huesos sobre la superficie.
Recordando que los cambios de posición deben realizarse cada dos horas para evitar complicaciones, recordando ser cuidadosos al realizarlos para no lastimar a la persona.
Se puede aplicar masaje con diferentes técnicas para:
- Ayudar a activar la circulación
- Favorecer la relajación muscular
- Estimular sensibilidad
- Mantener esquema corporal
- Hidratar piel
- Prevenir ulceras en zonas de presión
Para evitar complicaciones musculoesqueléticas y para mejorar o mantener el rango de movilidad, se deben realizar movilizaciones indicadas por terapeuta físico, al menos dos veces por día ya sea que la persona pueda ayudar al realizar los ejercicios o el trabajo sea solo del cuidador, dependiendo la situación del paciente.
Toda rehabilitación que se dé a un paciente encamado debe realizarse cuidadosamente sin provocar dolor y a tolerancia física, respetando su integridad como persona.
Recordando que cada paciente es diferente, debe ser evaluado y atendido por especialistas, que tienen que plantear la meta de la rehabilitación, comenzando con esta recuperación desde el primer momento de lesión.
*Lic. Terapia Física / Céd. Prof. 7323416 / tf_marijoss@hotmail.com
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