Por Erika Velasco García*

La desesperanza es el sentimiento de no encontrar alternativas de solución ante las situaciones o problemáticas cotidianas, o no tener expectativas de futuro y que frecuentemente se acompaña de la ausencia de un sentimiento de trascendencia. Es una etapa que cualquier persona puede experimentar, iré describiendo algunas situaciones, si te sientes identificado o reconoces que algún momento de tu vida la experimentaste, lee hasta el final para que encuentres posibles soluciones, y si se vuelve a presentar tengas las herramientas para enfrentarla. 

La desesperanza se siente como un laberinto sin salida, esos momentos en los que crees que todo te sale mal, que ni siquiera tienes ganas de levantarte porque no encuentras una razón para hacerlo, cuando no terminas de solucionar un problema, cuando se te van acumulando más problemas o preocupaciones, tienes un total desanimo, cosas que antes se te hacían divertidas o motivadoras, ahora hasta te causan molestia.

No ves a futuro un proyecto o algo que te beneficiará más adelante, el futuro lo ves gris, incierto, te sientes agotado, agobiado, cansado de vivir, sin razones para estar alegre, probablemente es una herida de infancia con la que vienes cargando, porque tuviste que madurar muy pequeño, o porque tuviste muchas responsabilidades a temprana edad, porque en tu infancia todo tu panorama te lo hicieron ver como peligroso, infinidad de situaciones que la pudieron provocar.

Si no fue en la infancia, puede que una situación personal te desató una depresión y es por ello que te cueste ver la vida con positividad, y te cueste disfrutar las situaciones buenas de la vida, por supuesto que todos tenemos problemas a diario, esa no es la situación, la diferencia que hace que te mantengas con un ánimo mejor es el ¿cómo enfrentas la situación? Ejemplo: intentas ducharte por la mañana y te das cuenta que no hay gas, y ya no te da tiempo de solucionar lo del gas, tienes 2 opciones, enojarte, frustrarte y bañarte con agua fría, o no bañarte irte de malas y poco aseado a tus actividades, esto en la mente de una persona que está pasando por desesperanza, o buscar una solución, calentar el agua con una resistencia, bañarte rápido con agua fría, pensando en que es bueno para la salud, que ahorrarás agua porque tu baño será más rápido e irás más despierto. Aquí es una misma situación afrontada, la primera con desesperanza y la segunda con esperanza y positivamente.

Cuando es una situación de química del cerebro, es decir, que se produce por un trastorno mental o la falta de alguna sustancia en el cerebro, es imposible que se vea de una manera positiva, cualquier situación o problemática, todas se afrontarán desde el desánimo y la preocupación, para ello es importante consultar un psicólogo o psiquiatra, para que se de tratamiento, si es una situación que no tiene que ver con la química del cerebro, se puede solucionar colocando la situación y posibles soluciones que nos mejoren el ánimo, no te gusta bañarte con agua fría, pero te gusta escuchar música, pues pon música para que la situación sea más llevadera.

Éste es un ejemplo sencillo, pero que, con voluntad, y enfoque en lo bueno poco a poco, podrá ir mejorando, probablemente convivimos con personas negativas, y nos contagian el negativismo y constantemente estamos quejándonos, entonces cómo lo puedo cambiar, reprogramando nuestro cerebro, cada que nos cachemos siendo negativos, buscar alternativas positivas, y observando cómo cambia nuestro ánimo si cambiamos nuestra actitud.

Por supuesto que hay situaciones graves que se nos presentan, que llevarán su tiempo para poder encontrarles el aprendizaje, por ejemplo: el duelo, lleva todo un proceso. En un inicio podremos sentir rechazo, después enojo, o tristeza, más adelante llega el alivio y el aprendizaje, todo lleva un proceso, de acuerdo a la gravedad o complejidad, la problemática es cuando con situaciones simples de la vida, como el ejemplo anterior, nos complicamos todo el día por una situación momentánea.

Ahora como con grafología podemos mejorar nuestro estado de desesperanza, escúchate y escríbelo, haz un informe de tu interior, si concuerdas con lo aquí escrito, si crees que lo has experimentado, ve a tus adentros, y explora qué situación fue la que detonó esa situación, y escríbela con la emoción que tengas, si tienes que llorar, llora hasta limpiar tu alma, si tienes que romper la hoja y aventarla hazlo, no reprimas tus emociones.

En una hoja en blanco con tinta morada, describe la emoción, contesta las siguientes preguntas:

¿Qué sientes?

¿Cómo afecta a tu entorno el sentirte así?

Describe la situación que detonó, esa desesperanza.

Para cerrar el escrito, escribe que esa emoción ya no es parte de ti, porque no fue tu culpa adquirirla, y que te sientes muy orgulloso de ese niño que fuiste, porque fue muy valiente y hoy ha podido superar todas las dificultades y cada vez será mejor la vida, porque has aprendido a gestionar tus emociones.

Recuerda que la escritura es una herramienta, muy valiosa, para gestionar tus emociones. Todo lo que te duela, escríbelo, en ese momento salió de tu mente, y se convirtió en papel, en un escrito que puedes desechar y sacar de tu vida.

Hasta aquí cerramos el tema de heridas emocionales, para seguir con más temas de grafología, cualquier duda o comentario los leo, espero que sea de gran ayuda para su crecimiento personal. Sean Felices!

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