Por Jacobo Gregorio Ruiz Mondragón*

A veces uno suele hallar su destino en el sendero que toma para evitarlo. Nos preocupamos por lo que fue y lo que será, pero en palabras del Maestro Oogway, «el ayer es historia, el mañana es un misterio y el hoy es un regalo, por eso se llama presente», o bien, como aseguraba Edward Payson Powell: «El año viejo se ha ido, y es el pasado el que entierra a sus propios muertos, pues el año nuevo tomó posesión del reloj del tiempo».

A medida que pasan los años, empezamos a darnos cuenta de lo que necesitamos y de lo que tenemos que dejar atrás. A veces, hay cosas en nuestra vida que no están destinadas a quedarse. A veces, los cambios que no queremos son los cambios que necesitamos para crecer. Y a veces, alejarse es un paso adelante. El año cambia y, no por ese sólo hecho cambiamos con él, cambiar para bien es mucho más complejo que arrancar una hoja al calendario.

Jamás es tarde para un sueño postergado, ofrecer una disculpa, compartir un café, decir te quiero, dar un abrazo. Que nunca les falte alguien a quien amar, un lugar por conocer, un libro por leer, una canción que le dé ritmo a la vida, amigos que los complementen, y de paso, si les gustan los perros, adoptar uno, háganlo parte de su manada y no se arrepentirán. Sean felices con lo que tienen mientras llega lo que anhelan, y si no lo logran de inmediato, inténtenlo tantas veces como sea necesario. Eso sí, no escalen la montaña para que el mundo los vea, sino para que ustedes puedan ver el mundo, porque a la cima no se llega superando a los demás, si no superándose a sí mismo.

Eduardo Galeno, decía: «Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza, ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, ojalá que podamos seguir creyendo contra toda evidencia que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos pero no estamos terminados, ojalá que podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento a pesar de las caídas, ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo, de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva donde viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma y el tiempo».   

Al estilo de Mario Benedetti, «Que todos sus días sean días de año nuevo, que todos los días de su vida sean el primer día del resto de su vida, que todos sus días sean días de año nuevo, que todos los días de su vida sean el resto de su vida».

Así, agradecer es dar por hecho lo anhelado, es verlo en los ojos de la mente realizado, y cuando esto sucede, la magia de la vida entra en acción en busca de lograr lo que con la mente y el corazón se agradece sin ponerle condición.

En la filosofía de Octavio Paz, «Mañana habrá que inventar de nuevo, la realidad de este mundo». Deseo que en este año, cada estrella ilumine sus días. ¡Feliz 2025!

*Facebook del autor: Jacobo Mondragón https://web.facebook.com/Jacko.ruiz.mondragon

Tendencias