Nuevo año. Nuevos gobiernos municipales. Nuevas expectativas. Las novedades de este 2025 son muchas. Tantas que, de manera imprescindible, debemos aprender a manejarlas en forma racional.
¿A qué nos referimos? Simplemente a la forma en que procesamos este periodo de nuestra vida. Hay que observar con honestidad este momento y saber que las situaciones que nos molestan no se modificarán mágicamente.
No bastan los buenos propósitos.
Los ciudadanos no podemos esperar que sean las autoridades quienes realicen todo cambio para beneficiarnos. Esto no ocurrirá. Si el deseo de mejorar no parte desde nuestra iniciativa, no habrá ninguna diferencia entre este año y los anteriores.
Por supuesto, no mencionamos esto para quitar responsabilidad a las autoridades. Los nuevos ayuntamientos deben saber que están sujetos al escrutinio, y que se les exigirá todo aquello que debe brindar el servicio público.
A ningún nuevo ayuntamiento, ni al resto de sus equipos, se le ha entregado un cheque en blanco.
La cuestión de fondo, entonces, descansa en lo que se conoce como Contrato Social, donde ciudadanos y gobierno establecemos una serie de derechos y obligaciones que cumplir.
En este nuevo año, podríamos reequilibrar la balanza. Eso, sin duda, es algo que nos garantiza un beneficio colectivo.





