Por Mari Jose Rivera Benítez*

El frio y la humedad son propios de los meses en los que estamos y debido a estos cambios climáticos, es común escuchar: “Abrígate que se mete el frio a los huesos”, “Me duelen los huesos por el frio”, “El frio me da reumas” y más cosas que se mencionan, son creencias populares para justificar los dolores reumáticos que se agudizan en otoño e invierno.

No se puede asegurar que el clima desencadena una enfermedad reumática, lo que sí está confirmado es que el frío es un factor que acentúa síntomas de lesiones en huesos, nervios o músculos.

La temperatura, el viento, el frio y la lluvia son estímulos  para el organismo, el cual reacciona contrayendo los músculos como forma de defensa  y para mantener la temperatura corporal de  manera constante, aumentando la tensión muscular  y obligando a que las articulaciones tiendan a estar más rígidas, ya que los tendones y fibras musculares  están más contraídas que de forma habitual; esto genera presión en las articulaciones  provocando dolor y más cuando ha existido una fractura, pues el tejido que rodea a los huesos se vuelve más sensible.

La temperatura ambiente disminuye el umbral de dolor, por lo que ciertos estímulos y movimientos que podían ser tolerables, resultan dolorosos; en algunos casos hay imposibilidad de moverse y/o pérdida de fuerza, sobre todo en articulaciones pequeñas como los dedos de manos y pies.

Estos dolores se dan más en las extremidades como brazos y piernas, produciéndose por la dificultad que el cuerpo tiene de entrar en calor.

Las causas de dolor en los huesos son variadas, algunas son:

  • Polineuropatias
  • Diabetes
  • Artritis
  • Artrosis
  • Osteoporosis
  • Por crecimiento y desarrollo
  • Enfriamiento
  • Infecciones óseas
  • Enfermedades renales
  • Desnutrición
  • Sobrepeso
  • Algún tipo de cáncer
  • Anemia
  • Luxaciones
  • Fracturas

Hay dos tipos de dolor de los huesos:

  • Crónico: dolor recurrente que aparece intermitentemente y tienen diversas causas como las anteriores.
  • Agudo: se presentan de manera súbita y fuerte, se pueden deber a una sobrecarga o un tirón fuerte de los músculos.

Síntomas del dolor de huesos:

  • Cansancio
  • Rigidez articular
  • Sensación de pesadez
  • Dolor en la espalda, piernas o brazos
  • Debilidad
  • Incapacidad para realizar actividades de vida diaria

Es fundamental atender temprana y adecuadamente con tratamientos específicos a los pacientes que sufren por los cambios climáticos. La fisioterapia aplica diversos tratamientos para aliviar los signos y mantener una buena calidad de vida, permitiendo que las articulaciones, músculos y huesos lesionados recuperen su funcionalidad, disminuyendo el dolor y la inflamación.

Los objetivos más importantes dentro de la terapia física son el control del dolor, el mantenimiento de la movilidad en el cuerpo y la prevención de secuelas.

Algunas recomendaciones durante esta temporada del año son:

  • Mantenerse abrigado
  • Evitar cambios bruscos de temperatura
  • Dar ligero masaje en la zona dañada
  • Electroterapia
  • Ejercicios de forma constante
  • Tener alimentación rica en verduras
  • Evitar azúcar y harinas

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*Lic. Terapia Física/Ced. Prof. 7323416/tf_marijoss@hotmail.com/

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