Por Juan Leyva Villagómez
La vida no es justa (…pero eso ustedes ya lo sabían…) y en muchas ocasiones nos niega escenas de prestigio y glamour que ha otros, quizá sin merecerlo o sin la capacidad de valorarlo, les entrega con toda carencia de mérito, de esfuerzo y sin el mínimo decoro.
Así, (debido a nuestro escaso tamaño y capacidad digestiva) tenemos que resignarnos a no probar ni uno sólo de los platillos que son preparados para festejar nuestro bautizo. O, también, debemos saber que nunca tendremos los cinco minutos de fama de los que goza una quinceañera al festejar su decimoquinta primavera entre tanques de gas y tendederos. Incluso (y esto sí que es lamentable) debemos estar conscientes de que nunca gozaremos lo acolchonado y cómodo que será nuestro ataúd.
Sin embargo, de entre todas las vivencias que se nos niegan a la mayoría de los ciudadanos, hay una experiencia que envidio (sí, reconozco que soy envidioso), anhelo y desearía disfrutar al menos una vez en mi vida: la dicha (inicua) de brindar un informe de gobierno.
Digo, después de escuchar tantas cifras, tantos aplausos, tantas felicitaciones, tantas porras y tantos elogios; a cualquiera se le antoja.
Imagino que debe ser algo fuera de lo común, máxime cuando a estas alturas decembrinas está por concluir el año y, en consecuencia, no hay como dejar una huella imborrable de lo que fue este 2013.
No obstante, a pesar de que ya existe la posibilidad de integrar candidaturas independientes, seamos honestos: al menos en este momento ¿quién podría llegar a una alcaldía, diputación o gubernatura por el simple prestigio ciudadano con el que cuenta?
Nadie; aunque espero que en el futuro a mediano plazo esto cambie.
Pero esos buenos deseos no modifican el problema principal: yo deseo ser el protagonista principal de un informe. Ahora, en este momento; no en el mediano o largo plazo. Y como yo, estoy seguro de que muchos más (políticos frustrados, exhibicionistas consumados, adherentes desechados, comerciantes soñadores) anhelan vivir esta experiencia para poder presumirla una y otra vez en las charlas familiares.
De ese modo, ante la imposibilidad de realizar un ejercicio de este tipo sin el aval de algún partido político (somos muchos los que no simpatizamos con el PAN, PRI, PRD, Morenos o cualquier denominación político-arribista), habrá que buscar otras opciones para alcanzar este sueño acariciado por más de alguno.
Es por ello que (ocioso como soy) he decidido poner a la disposición del público en general un bonito regalo que, sin duda, hará las delicias de aquellos que lo reciban como un delicado regalo en esta navidad: ¡un kit para realizar su propio informe de gobierno!, el cual contiene:
- Un centenar de invitaciones laminadas: distribúyanlas entre sus amigos y conocidos. Las invitaciones cuentan con dos espacios en blanco, uno para su nombre y el otro para el cargo que quieran ostentar (incluyendo, si lo desean, el título de “Emperador del Universo”).
Para darle un mayor valor a estos documentos, recalquen que este tipo de invitaciones sólo han sido distribuidas entre los influyentes de Atlacomulco (o el municipio en el que vivan).
- Una cinta magnetofónica con los discursos presidenciales 1870-2013: ¡Sí que sí! Practiquen el arte de hablar mucho sin decir nada, todo esto llevado a un gran nivel. De Díaz a Echeverría, de Calles a Peña, de Salinas a Calderón; todos están aquí. Incluye un apartado especial con los mejores rebuznos de Fox.
- Una selección de los mejores cuentos infantiles: ¿quieren hablar de obras? ¿Lo suyo es la salud? ¿Les gustaría abordar el tema de la seguridad? ¿Se sienten mejor charlando sobre la promoción del empleo? Sea el tema que escojan, no hay nada como contar con el ejemplo de los grandes maestros que han cautivado a niños de todas las generaciones.
- Una porra gritona: No importa si está formada por entusiastas pubertos a la búsqueda de chamba o por empleados íntimamente motivados para conservar sus trabajos. Les garantizo que, entre gritos, globos y sonrisas; esta porra hará subir su ego hasta las nubes.
- Una pintura al óleo con motivo de cabildo complaciente: A nadie le gustan los problemas, ¿verdad? Por ello, para no empañar tan solemne ocasión, este kit cuenta con una preciosa muestra pictórica donde síndico y regidores funcionan como imágenes de decoración. Se encuentra disponible en los estilos surrealista, barroco y expresionista.
- Una extensa dotación de jabón antiséptico: Al llegar a la parte final del informe, estoy seguro de que el éxito será apoteótico (¿apo…qué?), inmenso y gratificante. Tanto que, inevitablemente, todos sus invitados querrán acudir a expresar su admiración y buenos deseos. Con tanto contacto humano, (y tanta lambisconería desaforada) lo más noble que pueden hacer es mantener sus manos y mejillas libres de impurezas bacteriológicas. ¿Gel o espray? Ustedes deciden.
¡Lleven y compren! ¡Hagan de esta navidad algo inolvidable!





