Por Gabriel Escalante Fat*
“Donde se quiere a los libros
también se quiere a la humanidad”.
Henrich Heine.
El próximo 7 de febrero se presentará en Guadalajara el cantautor Joaquín Sabina, uno de mis artistas favoritos. El concierto en La Perla es parte de su gira internacional “Hola y adiós”, con la que el andaluz se despide de los escenarios a los 75 años de edad, con una salud bastante mermada. Cada boleto cuesta entre 1,200 y 4,500 pesos, para una función de dos horas que, dado el historial reciente de sus conciertos, tiene un 30% de posibilidades de cancelarse o posponerse. Tomando en cuenta esos dos factores: alto precio e incertidumbre, decidí abstenerme de asistir.

Del sábado 30 de noviembre al domingo 8 de diciembre pasados, se celebró, también en Guadalajara, la 38ª edición de la Feria Internacional del Libro, varias veces citada por mí en este espacio.
Allí también se presentaron muchos de mis artistas favoritos, pero del ámbito literario. Por 125 pesos asistí cinco días y estuve en trece presentaciones y conferencias, con actores relevantes de la literatura nacional e internacional. Escuché, me reí, me conmoví, aprendí, aplaudí y hasta tuve la oportunidad de preguntar, sintiéndome parte de cada uno de los eventos.
Sale sobrando comparar las relaciones costo/beneficio entre el concierto de Sabina y la FIL.
SÁBADO 30.
Ese primer día estuvo cargado de eventos interesantes. Preseleccioné 12, pero lógicamente muchos eran simultáneos, así que debí de hacer una dolorosa eliminación y quedarme con los que, a priori, consideré más atractivos.
IRENE VALLEJO y TYTO ALBA.

Llama la atención que uno de los libros que mayor éxito ha tenido en los años recientes no sea una novela, sino un ensayo histórico. Se trata de la obra de la escritora y filóloga española Irene Vallejo, nacida en Zaragoza en 1979, quien publicó la obra en septiembre de 1979.
“El infinito en un junco”, nombre del libro en cuestión, narra la historia y evolución de los libros, desde su surgimiento en forma de rollos de papiro, hace 5,000 años en Egipto, hasta nuestros días. Pero lejos de ser un aburrido libro que consigne datos y fechas, la obra es un viaje, de la mano de la autora, quien intercala episodios de su vida —desde su infancia en la que sufrió bullying escolar, hasta sus años de investigadora en toda clase de bibliotecas y archivos— logrando un amenísimo relato que se lee con la misma dinámica de una novela de aventuras.

Ahora, después de ediciones en más de 30 idiomas y 1.2 millones de ejemplares vendidos, la autora y su editorial decidieron aventurarse en convertir la obra en una novela gráfica, con el propósito de alcanzar otro perfil de lectores, que difícilmente se interesarían por un ensayo. Para ello, contactaron al prestigiado ilustrador español Tyto Alba, quien por dos años se dio a la tarea de crear más de dos mil imágenes, con el mayor rigor histórico posible, a fin de conseguir esta inusual edición que se presentó en la FIL.

Una charla interesantísima entre la carismática, brillante y atractiva escritora y un reservado —y hasta oscuro— artista gráfico que dejó a la audiencia un grato sabor de boca.
Rescato aquí unas frases de la autora captadas durante la presentación:
“Muchos de los escritores clásicos fueron, en su momento, rebeldes, incomprendidos, contestatarios, irreverentes y revolucionarios”.
“Pedro Páramo se acerca mucho a la novela perfecta” (El hijo de Irene, por esa razón se llama Pedro).
“Mi mamá me convenció de que la mejor profesión del mundo era ser bibliotecaria. Crecí con la idea de que quienes se dedicaban a otras profesiones eran, en realidad, bibliotecarios frustrados”.
“El término Lengua Materna, viene de que la lengua y la tradición oral estuvieron, desde la antigüedad, a cargo de las mujeres. En ningún idioma se dice Lengua Paterna”.
“La literatura fomenta la empatía, porque nos hace viajar a otros mundos, meternos bajo otras pieles, conocer otros puntos de vista”.
“Escribir es manifestarnos contra el silencio”.
SILVANA PATERNOSTRO.

La periodista colombiana radicada en Nueva York, Silvana Paternostro, publicó hace diez años “Soledad y compañía”, un libro que reúne anécdotas y opiniones sobre Gabriel García Márquez, de voz de familiares, amigos y colegas muy cercanos al Nobel.
Diez años después de la publicación de aquella primera edición y del fallecimiento del Gabo, la autora presenta de nuevo el libro, ampliado con otras voces que, por falta de tiempo o por limitaciones presupuestales, no pudieron estar en 2014.
La divertida descripción que aparece en la portada, nos ayuda a adivinar lo que encontraremos entre sus páginas: “La vida de Gabriel García Márquez, contada con la ayuda de sus amigos, admiradores, adversarios, borrachos, compinches, familiares, mamadores de gallo y unas cuantas personas de bien”.
Nos compartió Silvana algunas anécdotas interesantes, otras de plano hilarantes, que los entrevistados le contaron para el libro, y que le ayudaron en la tarea que se propuso cuando inició el diseño de la obra: Quitarle a García Márquez el manto de santo que la gente le ha ido poniendo a lo largo de los años.
Duda la autora en cuanto a determinar cuál fue el parteaguas en la vida de Gabo, ¿La publicación de “Cien años de soledad” o la obtención del Premio Nobel?

Es indiscutible que García Márquez es una celebridad, pero en palabras de quien fue su agente literaria de toda la vida, la catalana Carmen Balcells, el “Gabismo” será, en el futuro, una religión.
En la sección de preguntas y respuestas tomé la palabra y conté rápidamente sobre la ocasión en que, en 1997, habiéndome encontrado a Gabo en el aeropuerto de la CDMX, no me atreví a acercarme a él, porque no supe cómo abordarlo. Le pregunté a Paternostro, cuál habría sido la reacción del gran escritor.
Me respondió la autora: “Si sólo le hubieras pedido un autógrafo, te habría respondido: ¿Acaso crees que soy María Félix? Pero te habría dicho que si traías un libro de él, lo firmaría con mucho gusto y no se hubiera concretado a un simple autógrafo, sino lo habría acompañado con un dibujo o una buena frase”.
Y a propósito de mi pregunta, narró una última anécdota, de una ocasión en que estaba García Márquez comiendo en un restaurante de París: Se acercó un mesero a informarle al Nobel que una chica quería pedirle un autógrafo y le señaló a la muchacha. Como ésta era joven y atractiva, Gabo le dio un billete al mesero con la indicación de que fuera a la librería de enfrente y comprara algún libro de su autoría, mismo que debía entregar a la chica. Con ello, cumplió su regla de no firmar en nada que no fueran sus libros, y no se privó de la presencia de la guapa mujer.
García Márquez no sólo fue un gran escritor, sino un seductor irredento.
LA SERIE DE NETFLIX.

Con la presencia de las guionistas colombianas Natalia Santa y Camila Brugés, así como del representante de la Fundación García Márquez, Daniel Marquínez, se habló en torno a la serie de Netflix, programada para salir al aire este 11 de diciembre, basada en la obra cumbre de la literatura latinoamericana, “Cien años de soledad”.

Las guionistas, parte de un equipo más numeroso formado exclusivamente por mujeres, revelaron que la serie está completamente terminada, pero que la plataforma de streaming ha decidido emitirla en dos temporadas de 8 capítulos cada una. Cada capítulo aborda un tema, por lo que en ocasiones, el orden de los acontecimientos en la novela se ha alterado para efectos de narrativa audiovisual, así como algunos hechos que en la serie les suceden a personajes distintos que en la obra original.

Destacaron que el departamento de Diseño de Producción realizó un trabajo impresionante, sobre un terreno de 40 mil metros cuadrados alrededor de un almendro centenario en la llanura de Tolima. Más de un millar de personas trabajaron durante meses en esa construcción, que incluyó una especie de hangar desmontable, bajo el que se construyó la casa de la familia Buendía.
Cada calle, cada casa, cada mueble y utensilio fueron minuciosamente seleccionados, envejecidos y se cuidó con esmero que correspondieran a la época en la que va sucediendo la serie, tomando en cuenta que transcurre durante un siglo entero.
Corren paralelamente un tiempo histórico —que alude a diversos hitos en la historia colombiana— y un tiempo mítico, que si bien no es estricto, no debe contradecir a los hechos comprobables.
En cuanto a la preocupación externada por muchos, respecto a si debería haberse llevado a la pantalla una obra literaria de tanta trascendencia, Marquínez, de la Fundación GGM, habló de que grandes obras de la literatura mundial han sido llevadas al cine y al teatro, sin menoscabo de la novela original. Como ejemplos citó al Quijote, hecho incluso una comedia musical estupenda; a Los Miserables de Víctor Hugo, al Conde de Montecristo de Dumás, incluso a la propia Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo testamentos. Y añadió que, lejos de constituir un ataque a la novela, contribuirá a la permanencia del legado de Gabo, en tanto un público que no acostumbra leer, podrá acercarse a esa historia prodigiosa.

Cuando tuve oportunidad de intervenir, pregunté si el hecho de que la vida de Gabriel García Márquez hubiera estado tan rodeada de mujeres —según el mismo autor, las cuatro personas más importantes en su vida fueron su abuela, su madre, su esposa y su agente literaria— fue un factor para decidir que el equipo de guionistas para la serie estuviera integrado sólo por mujeres. Natalia Santa, la líder del equipo me contestó que no, que había sido sólo una feliz coincidencia.
Esta crónica continuará en el próximo número, si el editor y los lectores así lo consideran conveniente.
Guadalajara, Jalisco, Diciembre 11, 2024.
Contacto: gescalantefat@aol.com
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