Por Víctor Hugo

Me estoy perdiendo en este abismo y no puedo evitarlo, el aliento se me escapa por el alma, el corazón no comprende y tu ausencia se vuelve humo que envuelve mis sueños, mis ilusiones, la vida misma, esa que ya no sé si es mía, tuya o de nadie y sólo esté a la espera de que el viento la lleve a ese espacio destinado para los sentimientos despistados.

Mis manos se extraviaron buscando las manos que las liberaron de aquella amarga prisión, la ilusión de una mejor vida se desvaneció como la niebla tras los primeros rayos del sol.

Me estoy perdiendo en ese abismo y no puedo evitarlo… 

Perdiendo, muriendo o ambas cosas a la vez y aún no lo quiero aceptar.

Aún resuenan en mi ser, tan tristes palabras que me hicieron mucho daño o quizá sólo me mostraron un horizonte distinto al mío, una realidad que no supe o quise ver y que aún duele respirar, aún duele recordar.

Pero ¿Por qué?… No lo sé.

Sólo son palabras que duelen como llagas en la piel herida.

No existe cuestión más abstracta que un poema sin la musa que le dio su inspiración, ni dolor más profundo que la soledad después de haber amado.

Escribo mi prosa en sobre sin destinataria, pues surcan las palabras como alas en la oscura noche o balas perdidas en el espacio, que con la distancia ya no se aprecian en el infinito universo.

Tendencias