Por Antonio Corral Castañeda*

VISTA PANORÁMICA DE ATLACOMULCO DESDE EL CERRO DE LAS CRUCES (Crédito a quien corresponda)

Al oriente de la ciudad de Atlacomulco, prácticamente pegado ya a la zona urbana, se levanta el viejo cerro de Atlacomulco (Tustepeque). A su falda poniente y como si lo estuviera abrigando paternalmente, se encuentra el llamado Cerrito de las Cruces. De estos dos ejemplares orográficos nos ocupamos en este apartado, pero de manera particular del añorado Cerrito de las Cruces.

14 de febrero 1575. El virrey Martín Enríquez de Almanza y Ulloa hizo merced a los naturales del pueblo de Atlacomulco de las tierras que estaban en un cerro alto pelón que llamaban Tustepeque. 

1575. Constancia del acta de diligencia del 4° virrey de la Nueva España, Martín Enríquez, referente a la merced de un cerro alto y pelón que llamaban Tustepeque, que se les hizo a los naturales del pueblo de Atlacomulco.

4 de abril 1861. Por primera vez se menciona el cerro como una propiedad del municipio. El montero era Luis Mendoza de San Luis Boro, quien debía encargarse de su cuidado.

29 de enero 1866. Tanto los habitantes de Tecoac como los de San Luis Boro se habían apropiado de algunos predios en la falda del cerro, a pesar de que eran terrenos comunales del municipio (no tenían documentos de propiedad).

20 de agosto 1868. Se resolvió que el llano de la comunidad de este pueblo fuera del fundo legal y se diera en lotes entre los indígenas y mestizos, dejando para el ejido el cerro nombrado Tecoac.

26 de mayo 1869. Lo indígenas del barrio de Tecoac y de otras comunidades aledañas introducían sus animales al cerro ejido de este pueblo, reservando ellos los pastos en sus terrenos que ya se les habían demarcado.

20 de julio 1871. Gente de Tecoac, El Rincón, San Luis, La Joya y San Ignacio estaban cortando árboles pequeños en el cerro ejido de Atlacomulco. Se acordó nombrar un guardabosques.

14 de abril 1873. Siendo los montes una riqueza que se debía cuidar, los que pertenecían a este pueblo estaban bajo el cuidado de los ayuntamientos por ordenanzas municipales, como el cerro ejido del pueblo de Atlacomulco.

27 de septiembre 1877. Les fue donado un terreno al pie del cerro chiquito, para que construyeran sus casas, a Carlos Castañeda y Juan Albarrán.

1881. Se le concedió un terreno en el cerrito de esta población a Guadalupe Montiel.

1882. En el cerro perteneciente a esta población, los vecinos de aquellos contornos estaban talando los pocos árboles que había.

1 de junio 1882. Fue regalado un terrenito en la rinconada del cerro a Isidro Mercado, Antonio Flores y Agapito Monroy.

1 de febrero 1883. En esta época ya se citaba en los documentos como Cerrito de las Cruces.

22 de marzo 1883. Se informó que en le cerro perteneciente a este pueblo estaban leñando y sacando madera varios vecinos de los barrios asentados en sus inmediaciones.

23 de agosto 1883. Se declaró y confirmó que el cerro es propiedad del ayuntamiento (sic), de acuerdo con el personal de la jefatura política. En sesión inmediata se nombrarían a unos evaluadores para arrendar sus pastos, prohibiéndose en lo general la tala de árboles.

17 de abril 1884. El presidente dio cuenta de haber puesto las mojoneras en el cerro que está al oriente del pueblo, que fue declarado propio de Atlacomulco. Estuvieron presentes todos los contendientes quienes firmaron de conformidad.

21 de agosto 1884. Se acordó dar en arrendamiento los pastos del cerro a Jesús Díaz, Domingo Flores, Jesús Mayen, Anastasio de la Cruz y Antonio de la Cruz, debiendo pagar el primero $5.00 por la parte que se le señaló, durante un año que se cumplía el 15 de agosto de 1885.

13 de agosto 1885. Quedó convenido que los arrendatarios de los pastos del cerro pagarían por adelantado su renta.

21 de noviembre 1885. Fue remitida una comunicación a la Jefatura Política de Ixtlahuaca para que se autorizara dividir, conforme a la ley, el pequeño cerro de esta cabecera.

26 de julio 1888. Se dio cuenta de haber arrendado el pasto del cerro de este lugar a los señores Mucio Monroy, José Anastasio, Pablo Suárez y Anastasio Sánchez, desde el día 1 de agosto del presente año y hasta el 31 de julio venidero.

4 de diciembre 1890. Con base en una circular que trataba de los terrenos de común repartimiento, se procedió a sacar las medidas del cerro de Atlacomulco por una comisión que fue nombrada para tal fin.

18 de diciembre 1890. El ayuntamiento designó a una comisión de vecinos para que hicieran la calificación de las personas menesterosas a quienes se les podía adjudicar un terreno en el cerro del pueblo como de común repartimiento, elaborando una lista que presentaría para que, según la ley, se hiciera la ratificación por quien correspondiera.

24 de diciembre 1890. El presidente municipal puso en conocimiento que era conveniente hacer el nombramiento de tres ciudadanos para que valorizaran de común repartimiento que tenían que dividiré a la clase menesterosa en el cerro de Atlacomulco, para que se enviara la lista y su valor a la jefatura a fin de que se expidieran los títulos respectivos. Fueron nombrados Martín Monroy, Ignacio Alcántara y José María Cárdenas.

7 de mayo de 1891. La corporación determinó por unanimidad que se dirigiera una comunicación a la jefatura política del distrito, referente al repartimiento del cerro.

21 de noviembre 1895. Con el fin de que se diera la autorización de dividir, conforme a la ley, el pequeño cerro de esta cabecera, se envió una comunicación a la Jefatura Política de Ixtlahuaca.

4 de febrero 1897. Fue nombrada una persona en cada uno de los barrios de El Rincón, San Luis, San Ignacio y la Joya, para que estuvieran al cuidado de la tala de los árboles del cerro.

27 de abril 1899. Se informó a la administración de rentas que el cerro de esta población era de común repartimiento, y que no se había adjudicado a los vecinos debido a que la superioridad había mandado suspender el reparto hasta nueva orden, por estar en estudio el modo de verificarlo. En ese tiempo se arrendaba el cerro para el pastoreo de animales y sus productos ingresaban al fondo municipal. Respecto a los títulos, sólo aparecen en el fundo legal de este pueblo.

12 de octubre 1899. La corporación solicitó autorización al gobierno del Estado de México, para que a cada uno de los agraciados que se les tenía que adjudicar fracciones de terreno en el cerro, como de común repartimiento, contribuyeran para el pago del ingeniero que tenía que hacer la división y plano respectivo (el Ing. Francisco Trinidad Fabela cobró $80.00 por levantar los planos).

22 de febrero 1900. Se recibió un comunicado de la superioridad en el que se ordenaba que se remitiera una copia de los títulos y planos que ampararan la propiedad del cerro que peleaban los vecinos de Tecoac y que era de esta población. Se cumplió pidiendo una prórroga para mandar dicha copia por tener los títulos una letra muy antigua y difícil de leer, por lo que se necesitaba tiempo para interpretarlo.

28 de junio 1900. El cerro de esta cabecera era propiedad de la misma cabecera, según el título que remitió la presidencia a la jefatura política.

20 de diciembre 1900. Después de varias diligencias con los vecinos de Tecoac, quienes querían apropiarse del cerro, en una junta realizada en Toluca, a la que asistieron los representantes de las autoridades y habitantes de Tecoac, ante el gobierno manifestaron las sin razones que tenían, cerrándose así el caso.

Cerro de las Cruces donde se aprecian los túmulos con las cruces y antiguo camino a Tecoac.

10 de enero 1901. Se dio resolución definitiva al asunto que promovieron algunos vecinos de Tecoac en contra del ayuntamiento, pretendiendo apropiarse del cerro de la cabecera, cuya resolución fue que quedó, como siempre, propiedad de cabecera municipal.

1909. Existía en el inventario una comunicación que mostraba decididamente la propiedad del cerro del pueblo.

17 de agosto 1911. Se llevó a cabo un plantío de árboles gigantes en el Cerrito de las Cruces (desde antes ya se llamaba así).

8 de julio 1912. El ayuntamiento dispuso que, para lo sucesivo, con motivo del poco pasto que había en el cerro, sólo se cobraran 25 centavos mensuales por cabeza de ganado mayor y tres centavos por cabeza de ganado lanar o cabrío, siempre y cuando los arrendatarios fueran vecinos de la cabecera municipal.

17 de octubre 1912. Los señores Melesio Medrano y Fernando del Mazo fueron dotados de sendos terrenos en el cerro de Atlacomulco.

23 de enero 1913. Se decidió pedir permiso a las autoridades para fraccionar el cerro de la cabecera y venderlo a los vecinos, como ayuda para la introducción de agua potable.

11 de septiembre 1915. El cabildo concedió una fracción de tierra en el Cerrito de las Cruces a Patricio Cid de Castro, acordando también que para ceder los terrenos sería conveniente consultar al gobernador del Estado si se podían repartir, así como los del cerro de la cabecera.

16 de mayo 1916. Manuel Albarrán tomó en arrendamiento un terreno del Cerrito de las Cruces, con el fin de sembrar maíz.

26 de junio 1916. Se proyectó construir un puente sobre la barranca en el camino en dirección al Cerrito de las Cruces, por la parte trasera del campo mortuorio.

3 de agosto 1916. En el multicitado cerrito se otorgó un lote en calidad de usufructuario por 10 años a Margarito M. Garduño. Fue obsequiado un pedazo de tierra en el mismo lugar, a Jesús Mondragón, Margarito Mendoza, Manuel Mondragón, José Francisco y Manuel Alba.

25 de enero 1917. La Comisión Local Agraria del Estado de México recibió la documentación que acreditaba la propiedad de la cabecera de la municipalidad respecto al cerro de Atlacomulco y los terrenos adyacentes. 

29 de julio 1921. Se consignaron varios animales que pastaban en el cerro sin cubrir el pago, entre ellos los de Mauro López. Fue otorgado un predio a Cenobio Monroy.

1923. El cabildo concedió un lote de terreno en el Cerrito a Miguel Mercado y Manuel Albarrán.

1924. A fin de solemnizar la batalla del 5 de mayo, se organizó un simulacro en el Cerrito de las Cruces.

1925. Fue concedido un predio en el cerrito denominado de las Cruces a Odilón Martínez.

4 de octubre 1926. El ayuntamiento acordó vender a Carlos Nava un pequeño terreno en el lugar varias veces ya citado.

1927. Se regaló un pedazo de terreno en el cerro a Manuel Ortega.

16 de marzo 1927. La Junta Patriótica de Jocotitlán solicitó el obsequio de material de tezontle, que en este cerro había en abundancia, para el embanquetado y arreglo del jardín de su pueblo.

1930. Fue vendido un predio a Jacobo Velasco en el Cerrito de las Cruces.

1931. Se cedieron lotes a los siguientes policías: Alberto Garduño, Florentino Velasco, Pedro Gutiérrez y Alfonso Flores.

4 de abril 1934. Considerando que la propiedad comunal del cerro denominado de la Cruces, no reportaba ningún provecho ni utilidad a la cabecera municipal, ni a los barrios cercanos, el síndico municipal sugirió la conveniencia de pensar en su venta, para que con el producto de ella se llevará a cabo una de muchas obras materiales públicas que tanta falta hacían.

El ayuntamiento obsequió un pequeño terreno en el cerrito que nos ocupa, a Francisco Cid, Pedro Hernández y Tomás de Jesús.

1935. Se donaron sendos lotes a los señores Domingo Olmos, Luis Lovera, Félix Tapia y Florencio Monroy.

1941. Le fue concedido un lote en el cerro de Atlacomulco a Alejo Marcelo Colín.

1945. Igualmente y en el lugar de referencia, se cedieron predios a Matías Pérez, Sabás de la Cruz e Isidoro Trejo (parcela).

1952. Les dieron una porción de terreno en el mismo cerrito a Porfirio Martínez Cruz y Pedro González.

1954. Se les donaron lotes a Porfirio Martínez y Pedro González.

Pintura al óleo del Pbro. Ezequiel Rosas Monroy, en la que plasmó los túmulos con las 14 cruces en la ladera poniente del Cerrito de las Cruces.

2 de agosto 1955. Gregorio Mercado tenía propiedades en el Cerrito de las Cruces (se le habían donado), y estaba dispuesto a pasarle un lote a Isaac López. También les fue adjudicado un pedazo de tierra a Enrique Martínez Colín y Pedro de la Cruz.

28 de junio 1961. Se plantaron en el Cerrito de las Cruces 9,000 cedros, prohibiéndose el pasteo de animales durante cinco años, con el fin de conservar los arbolitos.

12 de julio 1961. Fue concedido a la policía una participación del 50% sobre las multas que se aplicaran a las personas que, indebidamente, tuvieran pastando sus animales en el cerro comunal.

5 de noviembre 1963. Recibieron una fracción de terreno Alfonso Flores y Margarito Núñez Mendoza.

7 de octubre de 1964. El señor Nicolás Olmos, vecino del barrio del Cerrito de las Cruces, pidió al ayuntamiento la donación de un lote para construir su casa, en virtud de que la que entonces tenía amenazaba a derrumbarse por la explotación del banco de tezontle, por parte de la Secretaría de Comunicaciones para arreglar el camino a El Oro.

1 de junio 1965. Se autorizó arreglar el camino que iba al paraje Cerrito de las Cruces, desde la casa del señor Manuel Mondragón, ya que era un lugar muy visitado por propios y extraños.

21 de agosto 1965. Jesús Díaz, Domingo Flores, Antonio de la Cruz, Jesús Mayen y Anastasio de la Cruz recibieron en arrendamiento por un año los pastos del cerro.   

1966. Se concedieron lotes en el cerrito a Nicolás Olmos, María González Vda. de Flores, Luis Montoya L., Jesús Flores J. (afectación de terrenos), Bernardo Romero D. y Héctor González G. (empleados).

18 de enero 1966. Los vecinos del barrio del Cerrito de las Cruces estaban arreglando el camino que conducía a ese paraje por cuenta propia, a partir de la casa del señor Manuel Mondragón, por lo que solicitaron la ayuda de las autoridades. Se repuso el terreno en el cerro que se utilizó como banco de material.

31 de enero 1967. Se formó una comisión para que el ingeniero de la Compañía Construcciones Pesadas, S.A., informara con qué autorización se estaba extrayendo material del Cerrito de las Cruces para la construcción de la carretera a El Oro, ya que se tenía conocimiento que el tramo que correspondía a Atlacomulco ya estaba terminado.

Parte de un túmulo donde se ubicaban las 14 cruces.

1 de enero 1970. En virtud de que el Cerrito de las Cruces, que era propiedad del municipio, estaban sacando grava y tezontle sin ningún control y no pagaban el importe de dicho material, el cabildo acordó que se fijarán $6.00 por metro cúbico, de los cuales se pagaría $.50 al peón que aflojara el tezontle, exceptuándose de este pago cuando se tratara de material para la construcción de los caminos que se encontrarán dentro del municipio.

14 de febrero 1970. Por tratarse de un trabajo que ejecutaría el gobierno federal, y a solicitud del jefe de la Superintendencia de la Dirección General de Conservación de Carreteras, se le concedieron 9,000 m3 de tezontle rojo del banco del Cerrito de las Cruces (propiedad municipal), fijando el precio de $3.00 m3, que era el 50% de su valor (en efectivo o en forma de alguna obra pública).

16 de enero 1971. El ayuntamiento autorizó a la compañía Constructora COFER la extracción de 6,000 m3 de material del Cerrito de las Cruces, que se utilizaría para la construcción de la ciclopista Ixtlahuaca-Mavoro, a cambio de 700 tubos de cemento para drenaje.

29 de noviembre 1971. Se comunicó a Juan Mendoza Ordaz que en el aludido cerrito ya no existía ninguna fracción de terreno que concederle, en virtud de que ahí se estaban explotando dos bancos de materiales para construcción, motivo por el cual los lotes o predios comunales ya se habían agotado totalmente.

25 de febrero de 1972. Manos ociosas provocaron una quemazón en el cerro comunal. Para apagar el incendio se contó con varios vecinos de Tecoac, presentándose también, cuando ya estaba controlado, ocho elementos del cuerpo de radiopatrullas del Batallón de Policía del Estado de México, con el propósito de ayudar.

29 de marzo 1972. El superintendente de la división No. 10 de la Dirección General de Conservación de Obras Públicas, solicitó material rojo para la conservación intensiva del camino federal Toluca-Acambay.

15 de junio 1972. Por tratarse de un camino que se construía dentro del Estado de México, el cabildo resolvió otorgarle a la Organización Constructora Mexicana, S.A., la cantidad de 6,000 m3 de tezontle rojo para la construcción del camino Ixtlahuaca-Jilotepec, cobrándole solamente el 50% de la cuota establecida, es decir, a razón de $3.00 el metro cúbico.

Finalmente, el interés económico y las exigencias del progreso y la modernidad, se impusieron al valor de las tradiciones, las costumbres y la historia, e irremediablemente el Cerrito de las Cruces sucumbió.

30 de agosto 1976. El Ing. Arturo Macías Placencia, residente de obras a mano, solicitó el material necesario para revestir el camino Mavoro-Concepción de los Baños.

14 de mayo 1981. El cabildo aprobó la autorización solicitada por el señor Teodoro Mendoza Plata, presidente municipal de Atlacomulco, para dar en contrato de concesión a la empresa Calefa Construcciones, S.A., los dos bancos de tezontle (rojo y negro) ubicados en el lugar denominado Cerrito de las Cruces, por un periodo de 10 años, con la posibilidad de prorrogarse por tiempo indefinido.

21 de mayo 1981. Se publicó en la Gaceta de Gobierno la solicitud que hizo el ayuntamiento a la legislatura local, a fin de celebrar contrato de explotación y aprovechamiento de los bancos de tezontle rojo y negro.

29 de enero 1982. Fue aceptada la propuesta del Ing. Eduardo Campillo Muciño, concesionario del banco de tezontle, para que en lo futuro se creara una empresa municipal, con la opción de adquirir o no la maquinaria que hasta la fecha estaban utilizando.

7 de mayo de 1982. El cabildo autorizó la adquisición de la maquinaria para la explotación del banco de tezontle, con una inversión aproximada de 20 millones de pesos. En tal caso, se comisionó al Ing. Arturo Peña del Mazo, presidente municipal, para que hiciera los tramites respectivos para crear la empresa paramunicipal que se denominará “Tezontle de Atlacomulco, S. de R.L.» a través del Fondo Regional de Desarrollo Socioeconómico Municipal.

28 de mayo de 1985. Se dio por terminado el contrato-concesión de la explotación de los bancos de tezontle rojo y negro, que venía realizando Calefa Construcciones, S.A., representada por su gerente general, Eduardo Campillo Muciño, en virtud de que el ayuntamiento realizaría trabajos de beneficio colectivo e interés público.

9 de julio 1985. El ayuntamiento de Atlacomulco tomó el acuerdo de adquirir la maquinaria para la explotación del banco de tezontle. A propuesta del presidente, se nombró al Ing. José Luis Mora Serrano en el cargo de gerente de comercialización del banco de tezontle.

1 de noviembre 1985. Fue aprobada la contratación de un crédito con el Banco Nacional de México, por la cantidad de $5’000,000.00 que se destinarían para el pago parcial de la maquinaria pesada para el banco de tezontle. Así mismo, se autorizó la compra de un transformador para electrificar el banco de tezontle.

1 de enero 1986. Acordó el cabildo que a partir de esta fecha se aumentara el precio del tezontle, cuyo costo sería de $500.00 el m3.

28 de junio 1986. Se aceptó la donación de dos franjas de terreno, con las medidas de 6.00 X 238.00 m y 12.00 X 50.00 m (total: 2,029.00 m2), que el señor Rafael Montiel Flores hizo al ayuntamiento de los terrenos de su propiedad colindantes con el banco de tezontle, lo que haría más rápido y cómodo el acceso al lugar.

5 de enero 1993. La señora Juana Sánchez Lovera recibió la indemnización de N$500.00, por la casa habitación ubicada en el Cerrito de las Cruces.

8 de abril 1997. El cabildo decidió realizar deslinde en el banco de tezontle, así como realizar los trabajos de relleno, previo estudio, en las áreas explotadas con el fin de prevenir accidentes, protegiendo y controlando a la vez el acceso a la zona del banco.

19 de agosto 1998. Se determinó pagar $20,000.00 a Pedro Becerril Blas por la posesión de buena fe de un terreno aledaño al banco de tezontle, con una superficie de 16,650.00 m2, lo que permitiría la ampliación del área de explotación.

6 de marzo 2000. Al estudiarse la compra-costo que hacia la Junta Local de Caminos respecto al tezontle, dándole una valoración de $56.90, el ayuntamiento determinó venderle a la citada dependencia 80 viajes a un precio de $180.00, que representaba el 50% del costo en que se vendía al público en general.

11 de septiembre 2000. Decidió la autoridad municipal vender 5,000 metros cúbicos de tezontle a la Junta Local de Caminos, de acuerdo a lo estipulado en el contrato elaborado.

23 de octubre 2001. Con el propósito de ampliar el banco de tezontle, resolvió el cabildo indemnizar a la señora Cointa Medrano Miranda por la afectación que se le hizo en un terreno de su propiedad de 3,384.00 m2, a razón de $10.00 el metro cuadrado, haciendo un total de $33,840.00, el cual se ubicaba en el Cerrito de las Cruces.

2002. Entonces se obtenía, como producto de la explotación del Cerrito de las Cruces, alrededor de 15,000 metros cúbicos al año y la cantidad de viajes que se hacían al día rondaba en los 120.

31 de marzo 2005. Respecto a la ubicación de cinco familias que se encontraban en alto riesgo en la colonia 2 de Abril, resolvió el cabildo reubicarlas en terrenos que eran propiedad del municipio, de acuerdo a la superficie existente en donación.

19 de mayo 2005. En relación con el trámite de donación de los vecinos de la colonia 2 de Abril, que se encontraban en zona de alto riesgo, el ayuntamiento de Atlacomulco dispuso lo siguiente:

a). Que la Dirección de Desarrollo Urbano y Obras Públicas delimitara la zona urbana en la Col. 2 de Abril, por lo que se prohibía la construcción de casas habitación.

b). Que se prohibía en la zona considerada de alto riesgo de la colonia citada cualquier tipo de construcción.

c). Que se firmara convenio y se tramitara a la sindicatura para el proceso ante la legislatura, únicamente en la Col. El Jazmín, con una donación proporcional conforme al terreno con que contara cada uno, así como con la dotación de material para iniciar la obra (pie de casa).

Por otra parte, en lo que era la falda o declive más accesible del cerrito, se abrió una senda que hacía requiebre alternos hasta llegar a la cúspide, lo que facilitaba el ascenso por su ladera. En este zigzagueo, que de una manera natural tenía ya de sí el piso de tezontle rojo, en cada esquina donde viraba se levantaron túmulos pintados de color blanco que servían de base a sendas cruces labradas en cantera. Eran en total 14 cruces, mismas que representaban a las dolorosas estaciones del Vía Crucis. Ta vez por esta razón hay quien presupone que el cerrito recibió el nombre de “Las Cruces”, pero la verdad es que con esa denominación se le conocía cuando menos desde finales del siglo XIX (documento de 1883).

Las cruces fueron instaladas durante la época en que estuvieron como curas párrocos, encargados de la Parroquia de Santa María de Guadalupe, los sacerdotes Germán Miranda (1931-1935) y Ezequiel Rosas Monroy (1939-1943). En ese lugar se acostumbraba celebrar el Día de la Santa Cruz el 3 de mayo de todos los años. Sin olvidar que fue igualmente el escenario donde se realizaba, allá por la primera mitad del siglo XX, el día 5 de mayo, el simulacro de la gloriosa batalla de Puebla de 1862.

Para la nueva generación que ya no lo conoció, el Cerrito de las Cruces era un lugar muy concurrido por propios y extraños. Visitantes, familias enteras, estudiantes y las infaltables “parejitas” de enamorados solían con frecuencia trasladarse hasta sus laderas para pasar un día de campo; para estar un buen rato en contacto con la naturaleza; para meditar e inspirarse; para apreciar el bello y espectacular panorama del antiguo caserío de rojas tejas que entonces modelaban el caserío del pueblo de Atlacomulco. Sin duda un hermoso obsequio para la vista, o simplemente por la curiosidad de conocer el famoso paraje. En fin, era uno de los lugares turísticos de Atlacomulco que más se frecuentaba y el preferido para pasear.

Pero lo que en ese tiempo era un real tesoro de la naturaleza, muy apreciado por lo atlacomulquenses, se transformó posteriormente en otro tesoro material, más codiciado por el hombre, al descubrir que en sus entrañas había una rica mina de tezontle rojo y negro. Fue así como a partir de las décadas de 1960-1970, se empezó a explotar y extraer el tezontle de manera indiscriminada y sin control alguno, al grado de que pronto hicieron desaparecer las benditas cruces y sus basamentos.

Ha sido una explotación tan devastadora que en la actualidad solo queda menos de la mitad de lo que fuera el tradicional y recordado Cerrito de las Cruces. Ahora solamente quedan los vestigios de su majestuosidad y su simbolismo espiritual y material; ya solo queda el recuerdo de una inescrutable tradición de Atlacomulco, perdida ya, irremediablemente, en la inmensidad del tiempo.  

REPORTAJE

d’interés realizó el 21 de febrero de 2014 el reportaje titulado “CERRO DE LAS CRUCES: PELIGRO DE DERRUMBE” (https://web.facebook.com/notes/361237951751336/), sobre la situación que privaba en ese entonces en la colonia 2 de Abril, en el área donde se ubica el Banco de Tezontle.

En aquel entonces la administración municipal 2013-2015 estaba encabezada por el Mtro. Arturo Vélez Escamilla y el director de Protección Civil era el Cmte. Arturo Miranda Suárez, en él ya se hablaba sobre la posibilidad de reubicar a los vecinos de la mencionada colonia en un terreno propiedad del municipio.

El 1 de octubre de 2021 d’interés volvió a publicar el reportaje en mención (https://revistadinteres.com/cerro-de-las-cruces-riesgo-de-derrumbe/), haciendo la observación que durante las administraciones 2015-2018 y 2019-2021, encabezadas por Anna María Chimal Velasco y Roberto Téllez Monroy, respectivamente, se hicieron varios intentos por retomar el tema de la reubicación, sin lograr el objetivo. También se mencionó que Marisol Aria estaba a escasos tres meses de asumir la responsabilidad municipal, y que ya se vería sí esa administración lograba, por fin, reubicar a los vecinos de la 2 de Abril.

10 AÑOS DESPUÉS, TRES CASAS, TRES FAMILIAS

El pasado 2 de octubre el Instituto Mexiquense de la Vivienda Social (IMEVIS), a través del Ayuntamiento de Atlacomulco, entregó en la colonia Tic-ti, los títulos de propiedad, a tres familias, con lo que se cumple en una primera etapa la reubicación de estas personas, cuyas casas se ubicaban a pocos metros de la ladera del Banco de Tezontle.

*Libro ATLACOMULCO Historia de sus Servicios Públicos de Antonio Corral Castañeda.

VISTA PANORÁMICA DE ATLACOMULCO DESDE EL CERRO DE LAS CRUCES (Crédito a quien corresponda)

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