Por Ana Karen Flores*

“El tiempo es dinero”

Flor Freijo

Otro año, otra vida o una versión de nosotros y nosotras. Sí, así como lo estás leyendo. Bien dice la frase: “Un nuevo día, una nueva oportunidad”, ya sea para iniciar las cosas pendientes, atrevernos a hacer lo que siempre quisimos: un reto o simplemente trabajar. Al final terminamos con miles de emociones, cansancio o aprendizajes, una nueva receta de cocina, elaborar ciertos objetos, etc.

Así, septiembre se convierte en el mes patrio donde festejamos el hecho de formar parte de una nación, una identidad, cultura, tradiciones incluido el testamento. ¿O no? El testamento, ¿Cuántas veces escuchamos la palabra testamento? Con suerte durante este mes y eso por las campañas gubernamentales, o por la muerte de un ser querido, una persona o bien, derivado de un proceso legal. De ahí en fuera, jamás.

Ahora, ¿Cuántas veces hablamos de bienes o del dinero con normalidad? La respuesta parece ser incómoda y sí, hablar de dinero es un tema complejo por las implicaciones que trae consigo, ¿Gano lo suficiente?, ¿Debo esforzarme más?, ¿Y las prestaciones?, Pues en esta ocasión hablaremos de esto. Sí, en el marco del 18 de septiembre y el “Día Internacional de la Brecha Salarial”.

La brecha salarial de acuerdo con ONU Mujeres es: “el reflejo de las barreras estructurales que obstaculizan su progreso y contribuyen a la infravaloración generalizada del trabajo de las mujeres, perpetuando las desigualdades a través de normas sociales discriminatorias, segregación ocupacional y sectorial, y acceso desigual a empleos decentes y funciones de liderazgo”. Es decir, que las mujeres nos enfrentamos a diversos obstáculos para acceder a un pago justo.

Pareciera que los pagos o salarios son igualitarios al momento de realizar las mismas actividades o tareas en el empleo, pero la realidad difiere. ¿Las causas? La falta de oportunidades de desempeñar los cargos de liderazgo, la doble jornada laboral (el trabajo formal que se cumple con un horario establecido y el trabajo en casa como limpiar, preparar alimentos, etc.), los sistemas de cuidados no remunerados, la crianza de hijas e hijos que también es un poco desigual, la falta de información financiera e incluso el impacto en las prestaciones o cuestiones de seguridad social.

Desde cotizar con un salario bajo, no acceder oportunamente a las pensiones de retiro, cesantía o viudez, encontrar limitantes como las licencias por maternidad vs. licencias de paternidad (con 5 días todavía hasta la reforma, pero parece que sigue la resistencia), la lactancia o la forma en cubrir las enfermedades afectan el derecho de propiedad y seguridad de las mujeres. También la discriminación laboral, el hostigamiento o acoso sexual laboral afectan de manera desproporcionada los ingresos e inclusive la integridad personal.

Estos aspectos son relevantes a corto y mediano plazo, pero al momento de planear el tema del testamento se entrelazan otros elementos como: la violencia económica y patrimonial hacia las mujeres, las creencias sociales respecto a los bienes de las mujeres, la falta de seguimiento de las leyes y políticas públicas encaminadas a proteger la seguridad financiera de las mujeres, entre otras. Por ejemplo, si un hombre logra cotizar un aproximado de $100,000.00 (cien mil pesos durante 30 años considerando los ajustes inflacionarios, los salarios mínimos o la vida laboral) en el caso de las mujeres puede reducirse hasta un 60%.

Además, la educación financiera también juega un papel importante. Por lo general se dirige a los hombres con consejos, tips o asesoría personalizada para incrementar el patrimonio, mientras que a las mujeres se les brinda información muy general; si no es mediante la perspectiva de género visibilizando todas estas problemáticas se realizan los ajustes necesarios. Esto general, de manera particular, se encuentra el estrés financiero de la mano.

El estrés financiero se refiere al estado por el cual las personas no logran llegar a fin de mes, no pueden cubrir una cantidad de ahorros o fondo de emergencia o bien, destinar más de los recursos para cubrir con determinadas deudas. En el caso de las mujeres, el estrés financiero puede ampliarse con la falta de créditos u oportunidades financieras, los requisitos exhaustivos para acceder a un préstamo bancario hasta la solicitud o aprobación del esposo o pareja para contar con un crédito.

Bajo este sentido, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2022) registró el ingreso promedio trimestral monetario por persona de 24 414 pesos. Para los hombres, este monto fue de 29,285 pesos y para las mujeres, de 19,081 pesos. Las cifras representan una brecha de 10,204 pesos al trimestre entre ambos sexos. Esto hasta la actualización el 26 de julio de 2023.

¿Y el testamento?

Partiendo de todos los datos y contextos, el testamento, aunque al alcance de todas las personas e incluso desde los derechos de adolescencias todavía no es una vía segura para determinar la titularidad, posesión o cumplimiento de derechos y obligaciones. En cuestión de adolescencias porque algunas entidades federativas establecen como edad mínima de 16 años, siendo el Estado de México una de ellas, otras señalan como requisito los 18 años. Tal vez, la edad mínima se relaciona por el trabajo o las modalidades de trabajo y las circunstancias personales.

Otro aspecto relevante, las personas indígenas, personas LGBTTTIQA+ o personas afrodescendientes e incluso las personas con discapacidad aún enfrentan barreras sustanciales en la tramitación del testamento; desde la falta de traductores, el reconocimiento jurídico (que vía civil ya está, pero los prejuicios permanecen) o la falta de ajustes razonables y ajustes al procedimiento del testamento para las personas con discapacidad. Ejemplo: A las personas con discapacidad no se les toma en cuenta para opinar.

La realidad es que el testamento no solo es un medio destinado a las personas adultas mayores como socialmente se cree, esto relacionándolo con la muerte sino en todas las etapas de la vida, curiosamente la economía se encuentra ligada a ello y el trabajo igual. Entonces ¿Testar es un derecho? Relativamente, relacionado con la propiedad sí, ¿los alcances son viables? probablemente porque si, hasta el testamento es un acto personalísimo, solemne, revocable y formal.

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