Por Octavio Sánchez Hernández*

En un reciente video, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que el derecho no es tan complejo y que lo único necesario para ejercerlo es tener el título de licenciado en derecho y conocer las materias impartidas en la facultad.

Esta declaración revela una preocupante carencia de conocimientos sobre la verdadera naturaleza de la profesión jurídica y refleja una mentalidad retrógrada que subestima la complejidad y la responsabilidad inherentes a la práctica del derecho.

El derecho no se limita a la mera obtención de un título académico ni al conocimiento teórico de las materias. Ser abogado implica una profunda comprensión de los principios jurídicos, una capacidad crítica para interpretar y aplicar la ley, y un compromiso ético con la justicia y la defensa de los derechos humanos. La afirmación de López Obrador demuestra un juicio a priori que ignora la realidad de la práctica jurídica y la dedicación que requiere.

Lo más preocupante es que, a pesar de estas declaraciones, existen abogados que continúan apoyando y protegiendo a López Obrador. Este apoyo incondicional pone en riesgo la dignidad y la integridad de nuestra profesión. Por ello, hago un llamado a mis colegas a dignificar nuestra profesión, a valorar nuestra formación y a ejercer con responsabilidad y ética.

No se trata de abanderar un partido político, sino de comprender y practicar el concepto de autoapropiación: reconocer y valorar nuestra propia capacidad y dignidad como profesionales del derecho. Es fundamental que, como abogados, nos comprometamos a defender la justicia y a ejercer nuestra profesión con el respeto y la seriedad que merece.

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