Por Arturo Allende González*
A mediados del pasado mes de agosto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentó el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024, cuyo contenido da a conocer información actualizada al 30 de junio de 2024. sobre el estatus que registran diversos indicadores económicos y las tasas de ocupación en la región latinoamericana, las principales causas que los determinan, así como las perspectivas de comportamiento que registrarán en próximos periodos, considerando en estos escenarios, el impacto que tendrá en algunos de ellos el cambio climático.
En la coyuntura política que vive nuestro país -a unos días del cambio de gobierno federal-, el contenido del Estudio Económico de la CEPAL, se considera de gran utilidad, como insumo de consulta para la formulación del próximo Plan Nacional de Desarrollo, programas sectoriales y políticas públicas que la nueva administración gubernamental determine implementar en los rubros que aborda el documento cepaleano.
En este contexto vale la pena tener presente que el Estudio en comento, se circunscribe a la Misión de la Comisión en cuanto a colaborar con sus Estados miembros en el análisis integral de los procesos de desarrollo.
Expongo a continuación aspectos relevantes contenidos en el Estudio Económico de la CEPAL.
Dada la persistente volatilidad de los mercados financieros globales, a raíz de la escalada de las tensiones geopolíticas y del mantenimiento de una política monetaria restrictiva, especialmente en los Estados Unidos y la Unión Europea, las entradas netas de capitales de cartera en la región -latinoamericana- fueron negativas en 2023.
Las perspectivas para 2024 apuntan a un leve deterioro de la cuenta corriente a nivel regional (-1,7% del PIB), en un contexto de crecimiento y comercio mundial todavía frágiles y de tasas de interés globales elevadas durante un tiempo mayor de lo previsto, lo que ha favorecido la fortaleza del dólar. Por otra parte, los conflictos geopolíticos y las posibles disrupciones de las cadenas de oferta globales podrían provocar un repunte de los precios de los productos básicos y de la inflación mundial.
En el primer trimestre de 2024, la tasa de crecimiento del empleo se mantuvo baja y la tasa de crecimiento anualizada del número de ocupados fue del 0,9%, en comparación con la del 2,8% registrada en el primer trimestre de 2023.
Desde 2021, las brechas entre hombres y mujeres han tendido a reducirse en los principales indicadores laborales, una dinámica que se mantuvo durante el primer trimestre de 2024.
También se redujo la brecha entre hombres y mujeres en el caso de la tasa de desocupación, que, de 2,7 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2023, pasó a 2,6 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2024, lo que supone una reducción de 0,1 puntos porcentuales. Cabe destacar que, en ese período, la tasa de desocupación femenina disminuyó 0,4 puntos porcentuales, mientras que la de los hombres lo hizo 0,3 puntos porcentuales.
La reducción que se observó en la inflación a nivel regional, junto con los incrementos que experimentó el salario mínimo en términos nominales, provocó un incremento de los salarios mínimos reales en 14 de las 18 economías -entre ellas la mexicana- de las que se cuenta con información entre el primer trimestre de 2023 y el mismo período de 2024.
Resulta fundamental también -enfatiza la CEPAL- impulsar medidas para reducir el elevado nivel de evasión tributaria. En 2023, el incumplimiento tributario en América Latina representó 433,000 millones de dólares, es decir, un 6,7% del PIB regional (CEPAL, 2024). La evaluación de los gastos tributarios también permitiría abrir espacios para el fortalecimiento de los ingresos públicos.
Las encuestas de expectativas sobre la inflación apuntan a que ésta continuará a la baja. Sin embargo, el valor central de la proyección de la CEPAL para la región se mantiene en torno al 3,6% para finales de 2024 y mediados de 2025. Los menores precios de los alimentos, de la energía y de la manufactura que se esperan en los mercados internacionales contribuirían a la caída de la inflación regional este año y el próximo.
Se espera que América Latina y el Caribe continúe con una trayectoria de bajo crecimiento en 2024, a una tasa promedio del 1,8%. Este bajo crecimiento se observaría en todas las subregiones, puesto que América del Sur crecería un 1,5%; Centroamérica y México, un 2,2%, y el Caribe (sin incluir Guyana) un 2,6%. Por el contrario, para 2025 se espera un crecimiento mayor, del 2,3% en toda la región.
En el plano nacional, si bien el consumo privado continúa siendo el principal determinante del crecimiento a nivel regional, éste se ve obstaculizado por una pérdida de poder adquisitivo de los hogares, en un entorno de baja productividad laboral y poca creación de empleos formales. La postura restrictiva de la política monetaria tiende a menoscabar la demanda interna y deprimir la inversión, que ya está en declive. El margen de maniobra de la política fiscal se encuentra aún más limitado por la mayor carga que supone el pago del servicio de la deuda pública. Todos estos factores, combinados con las expectativas de una menor dinámica de la demanda externa, mantienen a la región estancada en una trampa de bajo crecimiento.
En los próximos años, los costos del servicio de la deuda pública continuarán representando un desafío importante, debido a que tienden a desviar una parte considerable de recursos cruciales para responder a la demanda de educación, salud e infraestructuras sostenibles. Para responder a este desafío, es preciso incrementar los ingresos fiscales mediante la progresividad de la tributación directa y la implementación, por ejemplo, de impuestos específicos sobre el patrimonio, mejorando, a la vez, la eficiencia del gasto y la asignación del gasto presupuestario, evitando que la inversión pública siga representando la principal variable de ajuste.
Uno de los desafíos estructurales de la región consiste no solo en generar más empleos, sino también en crearlos en aquellos sectores que presentan mayores incrementos de productividad. Para conseguirlo, señala la CEPAL, será necesario realizar grandes esfuerzos destinados a fortalecer las capacidades de la fuerza de trabajo.
La probabilidad de que un ocupado sea informal se incrementa si la persona es mujer, y aumenta aún más si existen dependientes en el hogar, lo que explica por qué las mujeres tienen una mayor participación en la ocupación informal. Por ello, las políticas destinadas a fomentar la economía del cuidado constituyen un instrumento poderoso, no solo para fomentar la creación de empleo y aumentar la productividad, sino también para facilitar el acceso de las mujeres al mundo del trabajo formal.
América Latina y el Caribe es una región muy vulnerable al impacto del cambio climático. La mayoría de los países están situados en zonas geográficas muy expuestas a los efectos de los cambios en las condiciones hidrometeorológicas o la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos. Si no se implementan políticas de adaptación y mitigación, el cambio climático puede tener efectos muy negativos sobre el crecimiento económico y el empleo.
Hacia 2050, el sector agrícola y el del turismo, dos de los más afectados por el cambio climático, perderían cerca de 10,9 millones y 4,4 millones de puestos de trabajo, respectivamente,
Las políticas de desarrollo productivo, de mitigación y adaptación en materia de cambio climático y macroeconómicas deben complementarse con políticas activas de empleo, que fomenten la creación de empleos de calidad para mejorar las oportunidades laborales y facilitar la inserción o reinserción de los trabajadores en el mercado laboral.
La CEPAL enfatiza que para abordar estos desafíos y atenuar los efectos sobre los mercados laborales, la región debe articular políticas de desarrollo productivo, empleo y macroeconómicas, junto con medidas efectivas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos. Esto requiere un aumento significativo en la inversión pública y privada, así como reformas estructurales para promover un crecimiento económico sostenible y equitativo.
El contenido del estudio de la CEPAL representa para el gobierno que encabezará a partir del 1º. de octubre la doctora Claudia Sheinbaum, un importante y actualizado diagnóstico en materia económica y fiscal, susceptible de tenerse presente -entre otros aspectos-, en la asignación y aplicación del presupuesto, moderación de las proyecciones sobre déficit fiscal, manejo de la deuda pública e implementación de una -posible- reforma fiscal para incrementar los ingresos tributarios, ante la demanda de recursos públicos para el financiamiento social.
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