Por Gabriel Escalante Fat*

“Quien nos hace reír es un cómico.

Quien nos hace pensar y luego reír es un humorista”.

George Burns.

                El humor ha sido una constante en mi vida. Nací y crecí en un hogar en donde la risa era huésped distinguida, las bromas y el sarcasmo cosa de todos los días, y la ironía un ingrediente infaltable en las conversaciones familiares.

                Dicen que quien ríe con frecuencia, vive más.  Yo pienso que si la risa no alarga la existencia, al menos la hace de mejor calidad.

                “El humor es cosa seria”, decía Mario Moreno, el gran Cantinflas,  y yo no podría estar más de acuerdo con él.  El chiste bobalicón, el insulto fácil y el pastelazo no son lo mío. Yo prefiero reír con el ingenio de un comediante, no con el tropezón fingido de un payaso de pueblo.

                En la actualidad, por fortuna, tenemos en México a una valiosa generación de personas inteligentes dedicadas a hacernos reír pensando. Aquí mis favoritos.

LA ÚLTIMA TRINCHERA

                José Trinidad Camacho, conocido como Trino, tapatío egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación en el ITESO, es un caricaturista –monero, se cataloga a sí mismo– con un estilo totalmente ecléctico, pero siempre ácido y directo.

                Ha colaborado en periódicos como La Jornada, Siglo 21 y Reforma; ha publicado una decena de libros –entre los que se incluye una Constitución Mexicana ilustrada- y participado en diversos espacios en radio y televisión.  Fue distinguido con el Premio Nacional de Periodismo en el año 2000, el Premio Pagés Llergo en 2006 y los premios Inkpot Award y La Catrina, en 2022.

                Sumamente prolífico, publica al menos una tira cómica al día, alternando sus temas: Don Taquero, Crónicas marcianas, Historias del Rey Chiquito, Mundo de juguete, Fábulas de policías y ladrones, Pipo y Don Calvino, y El cartón deportivo, entre las que recuerdo.

                En colaboración con José Ignacio Solórzano –JIS-, ha creado a El Santos y a La Tetona Mendoza, personajes tan graciosos como irreverentes.

                Andrés García de Bustamante Caballero, conocido artísticamente como Andrés Bustamante o El Güiri Güiri, es un capitalino egresado de la Universidad Anáhuac, en la que, como Trino, cursó Ciencias de la Comunicación.

                Escritor, guionista, actor y comediante, inició su carrera profesional como coordinador de series infantiles en la Unidad de Televisión Cultural de la SEP, en los años ochenta, desde donde surgiría su primer personaje, Timo, en el programa Los cuentos del espejo, transmitido por Canal 11.  Poco después debuta en el bar El Cuervo, del escritor Alejandro Aura, con el espectáculo El gabinete del doctor Güiri Güiri, parodiando la película de 1920 El gabinete del doctor Caligari.

                A partir de ese momento, Bustamante comienza a crear su variado repertorio de personajes, entre los que destacan Ponchito –empresario-, el Doctor Chun-Ga –inventor coreano-, Greco Morfema –lingüista español- , Pepinno Moretonni –doble de acción-, Johnny Petardo –pésimo standupero-, Vladimir Kodov –chef manco que cocina con los codos-, Frustrado Alcántara –reportero de televisión- y docenas más, sin olvidar por supuesto al Hooligan, quien aparecía el último día de las transmisiones deportivas de TV Azteca, durante los Juegos Olímpicos y las Copas Mundiales de Futbol, emisiones a las que llegó en Seúl 1988, invitado por José Ramón Fernández, quien fue su profesor en la Universidad Anáhuac.

                Bustamante también ha incursionado con gran éxito en el doblaje cinematográfico, destacando las voces de Mike Wazousky  (Monsters Inc.) y de Gru (Mi villano favorito).

                En 2014, Bustamante debutó como co-guionista y actor de cine en la película “El crimen del Cácaro Gumaro”, una parodia a diversas películas mexicanas de todos los tiempos, con fina ironía en tono de gran guiñol, que no tuvo el éxito merecido, a pesar de ser un gran filme con un reparto estupendo.

                Pues bien, estos dos genios del humor han unido sus talentos para protagonizar, bajo la producción de Wondery, un podcast llamado “La última trinchera”, que emite un capítulo semanalmente a través de diversas plataformas, incluyendo YouTube.  Hoy día está por concluir la segunda temporada, que al igual que la primera, contará con 20 capítulos.

                Con un guión escueto –escaleta, le llaman los conocedores- que sólo funciona como columna vertebral, los humoristas van improvisando diálogos cargados de anécdotas, recuerdos y ocurrencias durante los 45 o 50 minutos que dura cada emisión. Secciones como “El invento de la semana”, “El día de…”, “La caja misteriosa”, “Noticias absurdas” y otras más dan pie a la escaramuza de ingenio entre estos dos expertos en el arte de provocar la risa.

TOY ABURRIDO

                Francisco Javier López Escamilla, conocido como Franco Escamilla –experto en nada y crítico de todo, según sus propias palabras- es por mucho, el standupero más famoso de México.  Algunos de sus videos alcanzan los cien millones de visualizaciones en YouTube y sus espectáculos llenan teatros mucho más allá de las fronteras de nuestro país, en ciudades tan remotas como Sidney, Tokio, Zurich o Berlín, aunque, desde luego, su “fuerte” está en México, Latinoamérica y las ciudades de los Estados Unidos con grandes comunidades de habla hispana.

                Uno de los méritos de Escamilla es que él mismo escribe el 100% del contenido de sus shows y, por si eso fuera poco, ha incursionado en otros terrenos como la entrevista, a través de sus programas Desde el Cerro de la Silla y Tirando bola; la psicología en Psico y Psico, en el que comparte créditos con su esposa Gaby, quien es psicóloga; y el que quizás es mi favorito: Toy aburrido, en el que aborda temas sobre historia, deportes, espectáculos, música, cine y cultura en general.  Con su peculiar estilo desenfadado en el que no faltan las llamadas malas palabras, Franco aporta en hora y media una buena cantidad de información de manera amena y divertida, producto de una cuidadosa investigación previa. 

                Escamilla, de 43 años de edad, con estudios en criminología, originario de Cuautla, Morelos -aunque vive desde hace casi tres décadas en Monterrey– es la más clara demostración de que para generar humor de calidad se tiene que tener un cerebro ágil, un nivel cultural elevado, gusto por la lectura y, desde luego, ojos y oídos bien abiertos, para asimilar todo lo que sucede a nuestro alrededor y capitalizarlo adecuadamente.

                Con esos elementos y su empeño por trabajar duro, no sorprende que Franco sea actualmente un artista y empresario sumamente exitoso que ha roto límites y cuya carrera –con tantas variantes- augura ser muy longeva.

                Toy aburrido es una de las maneras más amenas que he encontrado en las redes, no sólo de aprender algo, sino de estimular nuestra curiosidad de saber más cosas acerca de un tema que desconocíamos o del que –en el mejor de los casos- habíamos escuchado sólo superficialmente.

EL PULSO DE LA REPÚBLICA

                José Manuel Torres Morales, un ingeniero mecánico chihuahuense conocido en las redes sociales como Chumel Torres, lleva casi doce años en YouTube con su programa de comedia política El pulso de la República, que inició modestamente en diciembre de 2012 y que hoy es ya un talk show con público en el estudio, que se emite dos veces por semana, por temporadas de alrededor de 4 meses de duración, con un alcance de entre trescientas mil y medio millón de reproducciones por capítulo. 

                Mediante el uso de pelucas, bigotes y un vestuario muy elemental, Torres encarna a una gran variedad de personajes que van desde Don Corruptón -norteño expriista, ahora morenista-, Martínez -siniestro estratega mercadológico y político-, Svadaus Droniak -crítico cinematográfico-, Betito –fósil universitario híper chairo-, y desde luego Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y el mismísimo AMLO con su infaltable sirviente Jesús Ramírez.

                Chumel ha declarado en numerosas ocasiones su desprecio a los políticos de todos los signos y geometrías, porque le parecen hipócritas y vividores, entre otras cosas. Por esa razón, sus parodias y críticas no tienen una tendencia marcada; lo mismo ataca la mojigatería de Margarita Zavala que la ignorancia de la ministra Lenia Batres; igual se tira contra el controvertido Alito Moreno y su rostro inexpresivo por el Bótox, que contra la supina torpeza para leer de Liz Vilchis.  Se burla sin distingos del supuesto alcoholismo de Felipe Calderón, como de los también supuestos falta de higiene y olor a orines de Fernández Noroña.

                Detrás de la irreverencia y una cierta vulgaridad, están el trabajo de investigación y el talento de un grupo de guionistas que dan cuerpo a las emisiones de poco más de media hora de duración en las que el comediante –casi único artista a cuadro, salvo breves excepciones- hace gala de un buen manejo de la escena a pesar de su mala dicción y su voz poco modulada, carencias que ha convertido en su sello personal.

                El Pulso ha sido para Chumel la plataforma desde la que ha saltado a otros medios como HBO –de donde fue despedido por inoportunos comentarios racistas-, Radio Fórmula –en donde es titular de un noticiero diario, a las 3PM-, el teatro –habiendo protagonizado ya dos obras con mucho éxito de taquilla-, el standup -con una gira en la que abarrotaba auditorios-, la industria editorial –dos libros publicados hasta el momento, con altos tirajes-, y los podcasts –a mi juicio su faceta menos atractiva, con el programa Se dice y no pasa nada.

                Inteligencia, talento, innovación, persistencia y mucho trabajo, parecen ser el común denominador en Trino, Bustamante, Escamilla y Chumel, quienes han sabido explotar magistralmente los actuales medios de comunicación, pero sobre todo, logrando entender a su público objetivo y producir el contenido que los mantenga vigentes.

Me permito dejar tres ligas representativas de los programas comentados:

LA ÚLTIMA TRINCHERA, La margarina enterrada.

TOY ABURRIDO, Escuadrón 201.

EL PULSO DE LA REPÚBLICA, Mamarea rosa.

Guadalajara, Jalisco, junio 26, 2024.

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