
Esta es la maquinaria más famosa de Atlacomulco, la que está desde 1932 en la torre norte de la Parroquia de Santa María de Guadalupe. Es de origen alemán, está integrada por tres máquinas: la del tiempo y las que respectivamente accionan las campanadas de los cuartos de hora y las horas. Paradójicamente, el tiempo no ha alcanzado a este reloj. No obstante que a Atlacomulco gradualmente se van incorporando usos y tecnologías contemporáneas, aún hoy existen muchísimas personas que levantan la mirada, para saber si llegaron puntuales a la reunión de trabajo o a la cita amorosa.
La colocación del reloj público en la torre derecha de la parroquia de Santa María de Guadalupe tiene una antigüedad de 158 años. Fue el señor cura don José María Berrio, que sirvió en Atlacomulco los años de 1849-1879, quien personalmente fabricó el primer reloj que en ese tiempo se colocó y existía ya en la torre de la parroquia. Lo anterior se confirma con el acta de cabildo levantada el 6 de enero de 1865, en la que se asienta lo siguiente:
…Sería bueno prestarle al ilustre ayuntamiento su cooperación al señor cura para la obra que está emprendiendo de colocar un reloj público en la torre de la iglesia, y que esto sería bueno se hiciera invitando a los vecinos para que voluntariamente cooperaran con cal, arena y piedra, lo que quedó aprobado.

26 de enero de 1865. Acordó el ayuntamiento cooperar con el señor cura para colocar el primer reloj público en la torre de la iglesia. Este año el párroco era, precisamente, el Br. José María Berrio.
8 de mayo de 1873. El presidente municipal, don Julián González, hizo textualmente esta observación: Con motivo a la descompostura del relox (sic) de la torre los niños de ambo sexos entraban en la escuela muy tarde porque no tenían hora fija a que sujetarse que por lo que lo mismo era de parecer que se dirija un oficio al señor cura para que ordene al campanero que dé las siete de la mañana y a las dos de la tarde para la entrada general a la escuelas lo que quedó aprobado.
14 de mayo de 1896. El señor cura José Ma. Berrio, aparte de ser sacerdote, era un buen mecánico y artesano, dejándonos como legado el reloj público y un pequeño hospital.
12 de enero de 1911. El relojero llamado Aurelio López Guerra, pidió que se nombrará una comisión que colectara fondos para la compostura del reloj público ubicado en la torre de la parroquia, porque el señor cura no tenía fondos para tal objetivo. La respuesta del ayuntamiento fue que dicho reloj siempre había estado a cargo, para su compostura y cuidado, de los curas párrocos, pero que por parte del personal del ayuntamiento con gusto cooperarían particularmente.
16 de abril de 1912. El presidente municipal, Buenaventura Gómez, propuso al cabildo que se discutiera la manera de adquirir fondos para la compostura del reloj público o la compra de uno nuevo.
Año de 1921. Con fondos colectados en el municipio y con paisanos radicados fuera de él, se logró la adquisición de uno nuevo reloj que se instaló en la torre del templo principal. Se inauguró y quedó en servicio el 27 de septiembre, a las 3:00 de la tarde, con motivo del Aniversario de la Consumación de la Independencia de México. El encargado de la instalación fue el relojero Carlos Croner, con u a garantía de 25 años. Su costo fue de $1,800.00 y a partir del mismo 27 de septiembre quedó bajo el cuidado del señor Martín Becerril, con un sueldo mensual de $4.00 (actas de cabildo: 1 de septiembre y 11 de octubre de 1921).
31 de marzo de 1924. Pidió el ayuntamiento que se les recordara a los padrinos del reloj público que construyeran su caseta.
7 de enero de 1931. Se le pagaron $3.00 a Jesús Guadarrama por el trabajo de pintura en la reforma de la carátula del reloj.
8 de enero de 1932. En su carácter de encargado del reloj público Martín Becerril pidió aumento de sueldo.

Como el reloj que se tenía se descomponía constantemente (era reparado por el padre Fermín de J. Villaloz), fue en este año cuando, siendo presidente municipal el C. Luis Cárdenas, se compró el que hasta la fecha está trabajando. Se trata de un reloj mecánico con cuerda de contrapesos de 95 kg c/u, compuesto por tres máquinas: la que marca el tiempo, la de las campanas de los cuartos de hora y la de las que marcan las horas. Es de origen alemán y fue adquirido en Diener Hermanos, La Perla, Méx., hace 92 años.
1 de enero de 1936. Fue nombrado como encargado del reloj el señor Martín Becerril.
23 de febrero de 1944. A la fecha, al responsable del reloj público se la pagaban $25.00 mensualmente.
19 de enero de 1945. Por concepto de sueldo como encargado del reloj, se le pagaban $25.00 mensuales a Francisco (Paco) Rueda. Don Francisco Rueda Medina vivía con su madre Rosario Medina en la calle Antonio Vélez. Habían pertenecido a una familia rica de Toluca, además de que don Catarino Rueda fue dueño del rancho Tic-ti.
21 de marzo de 1953. Se compró una rueda de cuartos de mural para el reloj público, con un costo de $79.00.
Año de 1955. Cuando tenía 15 años, el jovencito Juan Vianey Valencia, empezó a subir los empinados escalones de la torre de la parroquia, acompañando al responsable del reloj público, C. Francisco Rueda, de quien aprendió todo el mecanismo y funcionamiento del aparato.
2 de diciembre de 1960. La madera que sostenía al reloj estaba en mal estado, por lo que se le encomendaron lo trabajos de restauración al carpintero Heriberto Ramírez.

Año de 1963. A partir de este año relevó a don Paco Rueda su discípulo y ayudante Juan Vianey Valencia Guardia, quien durante más de 50 años tuvo la comisión de darle cuerda al reloj, suficiente para un periodo de ocho días, así como darle mantenimiento tanto preventivo como correctivo. Cada tercer día subía a la torre para realizar trabajos técnico específicos y verificar que todo estuviera en orden y a “tiempo”.
Año de 2020. Este año se le adicionó al reloj público música seleccionada y a alto volumen, concretamente cuando el aparato marcaba la 9:00, las 12:00, las 15:00, las 18:00 y las 21:00 horas.
Entre las personas que en toda la historia han tenido a u cargo el cuidado y mantenimiento del reloj (limpiarlo, engrasarlo, darle cuerda y en su caso repararlo), se recuerda a las siguientes:
Aurelio López Guerra (1911)
Martín Becerril Ocañas (1921)
Gustavo Becerril (1936)
Paco Rueda Medina (de 1945 a 1963)
Juan Vianey Valencia Guardia (de 1963 a la fecha)
Los años entre paréntesis son solamente una referencia, ya que en realidad desempeñaron ese trabajo durante muchos años y en dos o más épocas, algunos de ellos hasta que fallecieron.





