Por Ana Karen Flores
Dado el inmenso y visible envoltorio en el que la historia contada por el hombre ha empaquetado la idea de paternidad, resulta difícil comprender que de hecho la paternidad es una idea abstracta.[1]
Mary O’Brien
Cada tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre ya sea para convivir o recordar las diferentes paternidades en las familias: abuelos, padres, tíos, padres primerizos, aquellos que ya no están en los diferentes planos: sí, en el físico, emocional y metafísico si lo planteamos así.
Hablar del ejercicio o la forma de la paternidad es complejo desde los puntos que veamos; la presencia-ausencia o la dupla común, la ausencia total en el cuidado de las hijas e hijos, la forma de crianza, los esquemas aprendidos, las referencias culturales y la música.
Lo extraño es que justo en este periodo electoral 2023 – 2024 el candidato Jorge Álvarez Máynez entre sus propuestas de campaña correspondientes mencionó el tema de las licencias de paternidad, lo cual fue novedoso, pero pasó desapercibido, tal vez por la cultura organizacional de las empresas que se resisten a otorgar la licencia de los 5 días y a pesar de lograr la ampliación a 20 días, continúa la negativa.
Todos los años, el tema de la paternidad cobra diversos matices: desde aquellas paternidades igualitarias que rompen con los esquemas del pasado, las paternidades ausentes de los cuales cada hogar existente en México cuenta con una historia diferente, pero con un final similar: papá no está (ya sea ausencia total o parcial), las paternidades obligadas judicialmente, tal vez no es lo correcto pero esa parte del derecho de acceso a la justicia y los derechos de niñas, niños y adolescentes en temas de alimentos y convivencias pareciera la existencia de la obligación o ni así.

Bajo este punto, la paternidad también podría definirse o describirse como algo abstracto, porque similar al amor en todas sus formas, no hay reglas escritas o manuales que muestren cómo debería desarrollarse el paternaje, para la maternidad tampoco pero cada vez hay más redes de apoyo, bibliografía, conceptos al respecto, entre otros. Mientras que, la paternidad es un concepto simple, difícil o entramado porque depende también el sentido de la valía o la masculinidad.
La literatura nos da cada vez más pistas al respecto, desde la paternidad afectiva y amorosa, la cruel, aquella que se ve atravesada por la migración, las cargas excesivas de trabajo, la indiferente, la primeriza (nacimiento o adopción) y la copaternidad donde explora temas profundos como la incertidumbre, las expectativas, cómo lidiar con las dudas o los cuidados e incluso los cuestionamientos que el nacimiento trae consigo.
¿La paternidad es algo abstracta? La respuesta sería sí porque cada individuo la ejerce con las herramientas, medios o conocimientos a la mano y a su vez muestra determinadas complejidades en el caso de la crianza, recordemos que los acuerdos ideológicos son aquellos pensamientos o formas de ver la vida que incluso se transmiten en la crianza, es decir: ¿Cómo educar a mi hija o hijo?, los valores, enseñanzas y demás aspectos relevantes. De ahí que no hay algo definido.
Ante la inexistencia de lo definido, entonces: ¿Cómo podría retomarse? Tal vez las licencias por paternidad es lo tangible, lo medible pero no hay formas especificas de determinar los alcances de la paternidad en su ejercicio actual o igualitario, al menos no por estos próximos años pero sí mediante la cantidad de demandas por pensión alimenticia, las convivencias, adopciones o familias que surgen cada año, ahí un ejemplo de la paternidad abstracta porque teniendo varios expedientes y la sobrecarga de los juzgados familiares, cada caso es un mundo y con ello una forma de ver la paternidad.

Otro de los conceptos abstractos son las paternidades indígenas o afromexicanas, casi no se habla de ellas, a pesar de contemplarlas en la Constitución Política o en las diversas leyes, pero poco sabemos de ellas, al igual que las copaternidades en el marco de los derechos de las personas LGBTTTIQA+, que bien ya cuentan con referentes legales, aún queda mucho por comprender.
La paternidad también ha sido tema de controversia o estudio desde el campo de la medicina o la biología, de hecho, el tema de las denominadas pruebas de ADN o genética permiten considerar el origen biológico, pero no familiar precisamente entre personas (dependiendo quienes participen en dicha prueba), lo cual es fascinante, aunque costosa e inclusive judicial cuando la incertidumbre es tanta que es necesaria la presencia del juez para conocer dicha controversia.
Y cómo olvidar el aspecto de la paternidad divina, diversas religiones o creencias describen un concepto de la paternidad desde la solidaridad, el orden divino o incuestionable en su ejercicio, pero: ¿Es posible analizar la paternidad abstracta? Podría ser, porque, aunque son mandatos incuestionables, a su vez existe la forma de plantear posibles respuestas que acontecieron o encuadraron en el momento histórico. La paternidad no es perfecta o lo fue al igual que la maternidad, pero aún así, la paternidad por mandato divino sigue una regla: seguir a la deidad en todo sentido, la maternidad es inmaculada e incluso en el arte.

Entonces, la paternidad abstracta permanece hasta el momento desde la forma de su ejercicio, las creencias, los modos de compartir los momentos especiales, buenos o malos, pero al final se trata de comprender cómo los conceptos del pasado, presente y futuro repercuten en la familia, en la sociedad o temas afines. Si definiéramos la maternidad por lo general se basa en la visión del cuidado abnegado; a pesar de tener los claroscuros aún hay una línea, no obstante, la paternidad refleja una cuestión de incertidumbre, curiosidad, dolor, alegría o falta de sensibilidad que se traduce en la falta de implementación de las políticas públicas o bien, en la promoción de las licencias de paternidad, la asignación de los cuidados a las mujeres y sobre todo, a la parte “abstracta” de un paternaje del cual siempre se ve en un juzgado, un paternaje legal o motivado por la exigencia de las madres autónomas.
[1] Milanich, N. ¿Quién es el padre?, siglo veintiuno editores, (2023). Página 11
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