En junio, conmemoramos el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, una fecha establecida por la resolución 42/112 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Celebrado el 26 de junio, este día simboliza la firme determinación de la comunidad internacional para reforzar la acción y la cooperación en la búsqueda de una sociedad libre del abuso de drogas.

Cada año, individuos, comunidades y diversas organizaciones en todo el mundo se unen a esta celebración global. El objetivo principal es generar conciencia sobre el grave problema que representan las drogas ilícitas para la sociedad, afectando especialmente a adolescentes y jóvenes, quienes son los más vulnerables.

La ONU propone anualmente un lema que guía los esfuerzos en torno a esta problemática. Este año, el lema es: “La evidencia es clara: debemos invertir en prevención”, destacando que el problema mundial de las drogas plantea un desafío multifacético que afecta la vida de millones de personas en todo el mundo. Desde individuos que padecen trastornos por consumo de sustancias hasta comunidades impactadas por el narcotráfico y la delincuencia organizada, el impacto de las drogas es complejo y de gran alcance. Abordar este problema requiere un enfoque basado en pruebas científicas que priorice la prevención y el tratamiento.

Este día se celebra cada año con el propósito de reforzar la acción y la cooperación para lograr un mundo libre del uso indebido de drogas. La campaña del Día Mundial de la Droga de este año subraya la importancia de que las políticas eficaces en materia de drogas estén fundamentadas en la ciencia, la investigación, el pleno respeto de los derechos humanos, la compasión y una comprensión profunda de las implicaciones sociales, económicas y de salud que conlleva el consumo de drogas.

El Informe Mundial sobre las Drogas 2023 destaca cómo las desigualdades sociales y económicas no solo impulsan, sino que también son exacerbadas por los desafíos relacionados con las drogas. Este informe aborda la devastación ambiental y las violaciones a los derechos humanos derivadas de las actividades ilícitas relacionadas con las drogas, además del creciente predominio de las drogas sintéticas.

La demanda de tratamientos para trastornos relacionados con las drogas sigue en gran medida insatisfecha. Se estima que solo una de cada cinco personas con estos trastornos recibe tratamiento, y las disparidades en el acceso a tratamientos entre regiones continúan aumentando.

La población juvenil es especialmente vulnerable al consumo de drogas y es la más afectada por los trastornos derivados. Si no se toman medidas adecuadas, los desafíos relacionados con las drogas seguirán afectando a un número creciente de personas.

El narcotráfico a nivel global presenta un panorama sumamente complejo y difícil de abordar. La producción de cocaína ha alcanzado niveles récord, y las incautaciones de anfetaminas y metanfetaminas, así como de otras drogas sintéticas y nuevas sustancias psicoactivas, se han disparado. Estos mercados se están expandiendo a regiones nuevas y más vulnerables.

La marihuana sigue siendo la droga más consumida en el mundo, con 209 millones de consumidores, y su consumo se ha visto reforzado por el incremento en el uso de cannabinoides sintéticos. Las muertes por sobredosis de drogas en Norteamérica están en aumento, especialmente las causadas por opioides sintéticos relacionados con el fentanilo. También se observa una creciente presencia de drogas sintéticas y nuevas sustancias psicoactivas en la región, así como el desvío de drogas de uso veterinario para el abuso humano.

Todos estos datos subrayan la importancia de redoblar nuestros esfuerzos para combatir el problema mundial de las drogas, guiándonos por los principios de la ciencia, la compasión y la solidaridad. A través de la acción colectiva y el compromiso con soluciones basadas en evidencia, podemos crear un mundo en el que las personas lleven una vida saludable y plena.

Este mes, queremos invitarlos a apoyar programas de prevención, especialmente aquellos basados en evidencia científica, ya que contribuirán a crear entornos más saludables y a formar niños y jóvenes más sanos y felices.